ERP. Dentro del calendario de efemérides piuranas, se encuentra la memoria de Enrique López Albújar y de Manuelita Sáenz, personajes asociados a la historia de Piura en los siglos XIX y XX, y que son de entre los más conocidos por los piuranos, que sienten mucho orgullo por ellos.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones.
El 23 de noviembre se conmemoró el aniversario de la muerte de Manuelita Sáenz, y el aniversario del nacimiento de Enrique López Albújar, a quien se conoce básicamente, por su gran destacada labor como magistrado, y como uno de los literatos sobresalientes en el mundo de las letras en el Perú. Sin embargo, ambos personajes también son protagonistas de la historia de la política.
Manuelita Sáenz es recordada por su relación amorosa con Simón Bolívar, al punto de idealizar su vida, solo con ese tema, magnificándolo, sin tener en cuenta que fue una gran patriota por la causa de la América española. Manuelita Sáenz nació en Quito a fines del siglo XVIII, y al parecer, tempranamente, y dados los acontecimientos en esa jurisdicción, se mostró partidaria de la libertad de su país.
Por matrimonio con el doctor Thorne, Manuela Sáenz vino a residir a Lima, y ya cargada de su amor por la patria, asumió con toda seguridad, el ideal de que “La patria es América”, que inspiraba a los libertarios del continente. Y con toda seguridad, estuvo entre las personas que persuadieron a los soldados del Batallón Numancia, para su pase a las filas de la patria, teniendo en cuenta que uno de sus hermanos era oficial en ese batallón.
Manuela Sáenz figura entre las mujeres patriotas que fueron distinguidas por el general José de San Martín en el Perú, y su nombre está en la relación que se publicó en la Gaceta de Lima Independiente, junto al de las patriotas que merecieron esta distinción, después que el Protector de la Libertad del Perú, se enterara del valor de estas damas.
Poco después se protagonizaron sus amores con Bolívar, a quien acompañó en su suerte final, con él estuvo en el Perú, y lo acompañó a Colombia, donde, tras impedir su asesinato, fue reconocida como la Libertadora del Libertador. Muerto Bolívar sufrió persecución política acusada de conspiración. Luego residió por más de 20 años en Paita, lugar donde falleció el 23 de noviembre de 1856.
Su vida ha quedado inmortalizada en su correspondencia con el general Simón Bolívar, en varias poesías, en el teatro y el cine, siendo el personaje, un material constante para leyendas urbanas. Hace unos años se montó en Piura y en Paita, la obra teatral “La Caballereza de la Orden el Sol”, de la autora Ana Mary Álvarez, poeta y compositora paiteña, en dicha obra, hizo el papel de Manuelita Sáenz, la pintora iqueña radicada en Piura, Dra. Ivonne Mansilla de Mata.
El otro personaje, piuranísismo destacado, aunque haya nacido accidentalmente en Lambayeque, por los lazos familiares piuranos que lo ataban a sus familias paterna y materna, multiplicó su amor por Piura, como pocos lo expresaran a través de las letras, un amor extraordinario, solo comparado con el que tuvieron por Piura, Miguel Gutiérrez, Victor Borrero Vargas, y Francisco Vegas Seminario. López Albujar nació el 23 de noviembre de 1872, en tierras vecinas al departamento de Piura.
A Piura la encontramos retratada en sus obras como Matalaché, De mi casona, Los Caballeros del delito, y otras cargadas de ese sabor a Piura, que solo él pudo imprimir. Y nada más grato resulta, que el haber leído en una de sus poesías, que pidió que su corazón se enviara a Piura, después de su muerte. También quiso a Huánuco ya Tacna, pero a Piura, mejor que cualquier otro lugar del país.
Un aspecto poco difundido de López Albújar, es su vinculación con la política, y su militancia en el Partido Liberal. Paralelamente se dedicó a la política y al periodismo, escribiendo en contra del militarismo que gobernaba el país, a través de Remigio Morales Bermúdez, y Andrés Avelino Cáceres. En La Tunda publicó unos versos contra el general Cáceres, por lo que fue enjuiciado en 1893, y como continuó con las críticas al gobierno, fue encarcelado en octubre y noviembre de 1894.
Tras recibirse de abogado ante la Corte Superior de Justicia de Piura, en 1901, se enroló en el Partido Liberal de Augusto Durand, y se le encomendó fundar en Piura el comité local partidario. Entre 1904 y 1908, editó el semanario El Amigo del Pueblo, cuestionando seriamente la supervivencia del gamonalismo, en una campaña, que ni siquiera pudo controlar el prefecto Germán Leguía y Martínez, de ideas conservadoras. Militó en el Partido Liberal hasta 1911.