Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda. Hace unos meses nos sorprendió la muerte de una mujer carismática, asociada al quehacer cultural en la ciudad y en la provincia de Sullana, y por sobre todas las cosas, autora de la letra del Himno a Sullana, por eso sus restos fueron llevados al salón de actos del local del Municipio de Sullana, donde se le tributó el homenaje que merecía Teodolinda Villalobos de Cruz.
La letra del Himno que cantan todos los sullaneros durante todo el año, en cuanta ceremonia cívico patriótica se programa, empieza diciendo así: “Honor a ti Sullana…”, como rescatando el espíritu y el coraje que empujó a los sullaneros de hace más de 100 años, a cristalizar un viejo ideal, el de la autonomía provincial que era un deseo latente, desde antes de la Guerra con Chile.
Caben en este recuerdo, lo nombres de Maximiliano Frías, y de Benjamín Huamán de los Heros, así como los de los primeros alcaldes provinciales, que iniciaron el nuevo rumbo político, desde la ciudad de Sullana, capital de la provincia homónima, como queda registrado en los libros de actas correspondientes, y que han sido minuciosamente estudiadas por el antropólogo, Manuel Rodríguez-Paiva Borrero, cuando publicó sobre el itinerario histórico de Sullana, en los fastos del centenario provincial.
Es preciso recordar, que cuando los españoles llegaron a tierras americanas, una de las primeras medidas que pusieron en práctica fue la de fundación de ciudades en todos los espacios que anexaban para la corona de Castilla, de esta manera, todo el continente se llenó de ciudades que siguiendo la traza del modelo hispano, dieron parte a un mundo que en muchos lugares afectó a la población indígena, cuando no estaba acostumbrada a vivir bajo un sistema, contario al de sus milenarias formas de organización.
200 años después, una medida práctica de nucleación de la población dispersa, asombró a las autoridades virreinales, porque venía no de un hombre asociado al aparato burocrático español, sino, directamente a la alta jerarquía de la iglesia católica, don Baltasar Jaime Martínez Compañón, quien, interiorizado de la problemática de su feligresía, junto a los habitantes desparramados, en pueblos y villas, tratando de solucionar, no solo los problemas de orden espiritual, sino también los de orden temporal, cuyo arreglo no fue hecho por los funcionarios de la corona española. Una de esas nuevas poblaciones, fue El Príncipe, en terrenos de La Punta, que desde 1826, con la categoría de villa pasó a llamarse Sullana, alcanzando la de ciudad el 28 de octubre de 1868.
Pero también la coronación de una autonomía provincial era una gran aspiración, la entonces extensa provincia de Paita estaba conformada por varios distritos, entre los que se contaba al distrito de Sullana, al de La Huaca y a Querecotillo, que juntos pensaron en la integración para dar paso a una nueva realidad provincial, en un proyecto promovido en 1895 por el diputado Maximiliano Frías García.
Sin embargo, por un receso de la Sociedad Geográfica de Lima, que de acuerdo a los trámites de la época debería emitir una opinión favorable, el proceso se detuvo unos años, hasta que en 1911, con la labor despegada por el diputado Benjamín Huamán de los Heros, se consiguió la ansiada autonomía provincial, naciendo la provincia conformada por dos distritos: Sullana y Querecotillo.
Han pasado 108 años de este suceso, ocasión para meditar sobre nuestros pretéritos, para entender sobre sus nobles propósitos, y para continuar con proyectos futuros, que hagan de la ciudad, y de la provincia de Sullana, una verdadera Perla del Chira.