Por: Miguel Arturo Seminario Ojeda. Cusco es el nombre de la ciudad peruana más conocida en el mundo entero, así como con toda seguridad se conocerá el nombre del Amazonas, o de Nazca por las líneas cuyos misterios han sido revelados por la arqueología, y sus mensajes interpretados por la etnohistoria y disciplinas afines.
Cuando se lee a los historiadores que han tratado sobre historia de la antigua capital de los incas, observamos que tienen un común denominador, en señalar los orígenes de la ciudad, asociados a la presencia del inca Manco Capac, quien fue el fundador, el hombre que inició ese núcleo urbano, del modo a como se hacía en la antigüedad, por eso los cusqueños no reconocen ninguna fundación española, porque Cusco ya existía.
La ciudad del Cusco se desarrolló y embelleció por obra de los incas sucesivos, que delimitaron el espacio para todo lo que exigía una gran llacta, teniendo en cuenta que era el núcleo, el ombligo del mundo, y no una llacta de orden temporal asociada únicamente a tareas de la más simple cotidianidad.
En cada espacio geo-histórico cultural del Perú prehispánico, hubo núcleos con población sedentaria, que le daban sentido a las formas de organizarse en el Perú anterior a los siglos del virreinato, unos con toda seguridad más importantes que otros, lugares que son mencionados por los cronistas hispanos, mestizos e indios.
Por otro lado, Tangarará fue muy importante en el universo tallán, en ese mundo anterior a lo español en el Perú, y tan importante y estratégico debió ser el lugar, que cuando los incas anexaron el Valle del Chira al Tahuantinsuyo, el camino incaico pasó por ese espacio, y continuó hasta Amotape, la costa cercana al mar, y terminaba en Tumbes. El camino se bifurcaba en Tangarará, y un ramal salía desde este lugar hasta Poechos y La Solana, y continuaba hasta Tumbes, como lo publicaron Antonio Raimondi, Alberto Regal, y Santiago Antúnez de Mayolo, entre otros estudiosos del pasado peruano.
Y así era Tangarará, una aldea tallán, cuando llegó Francisco Pizarro en 1532, en esa aldea anterior a los sicanes y a los incas, se protagonizaron sucesos importantes que se registraron en documentos tempranos del siglo XVI, siendo el más trascendente, el de la fundación de San Miguel, acto jurídico que se realizó después de analizar las condiciones del espacio en el que se fundaría la primera ciudad en el Pacífico sur.
Con toda seguridad, en el acto de la fundación de San Miguel en Tangarará, estuvieron los curacas o caciques tallanes, a quienes habrá llamado la atención este tipo de actividades, tan llenas del protocolo que se acostumbraba en esos tiempos. Pizarro no se quedó ahí, pero sí dejó a los vecinos destinados a ese espacio, se quedaron junto al alcalde Blas de Atienza, y a los pocos militares que fueron destinados a este lugar.
Los organismos competentes deberían ya iniciar el expediente para el reconocimiento oficial de Tangarará como patrimonio cultural del Perú, para luego proseguir con el de reconocimiento como patrimonio cultural de la Humanidad, como ha ocurrido con Panamá la Vieja, y con otros lugares del mundo, por circunstancias similares.
En Tangarará no hay grandes vestigios de un pasado esplendoroso, como lo hay en el Cusco, patrimonio cultural de la humanidad, pero existe suficiente documentación que respaldará ese pedido si se inicia, argumentándose sobre Tangarará, que fue:
1.- Un sitio importante dentro de la cultura tallán, lugar de residencia del curaca que controlaba ese espacio en el Valle del Chira.
2.- Lugar del primer emplazamiento de la primera ciudad fundada en el Perú: San Miguel, hoy San Miguel de Piura.
3.- Es asimismo, el lugar de emplazamiento de la primera ciudad fundada en el Pacífico Sur, no en América del Sur, sino en esta parte del Pacífico.
4.- En Tangarará funcionó el primer cabildo que se instaló en el Pacífico Sur, y no solamente en el Perú, tal como funcionó en las otras ciudades españolas que se habían fundado en América.
5.- Por lo tanto, el primer alcalde de un ayuntamiento en el Perú, Blas de Atienza, ejerció su cargo como alcalde de San Miguel, en Tangarará, y ahí funcionó el cabildo, hasta que San Miguel fue trasladada cerca a Chulucanas, en el sitio que ahora se conoce como Piura la Vieja.
6.- En Tangarará se celebró la Primera Misa del Gallo, que aunque también se hizo en los lugares donde estaban los pocos sacerdotes que estaban con los conquistadores que siguieron con Pizarro, pero no se hizo en ningún núcleo urbano, como si se celebró en Tangarará, lugar entonces donde se ubicaba la ciudad de San Miguel.
Esperemos que las autoridades correspondientes cobren conciencia sobre esto y no esperen que el tiempo pase sobre lo que ya deberían haber empezado.