ERP. El día que Perú se dejó derrotar, porque tenemos que ser bien objetivos en ese aspecto, ante Australia por un cupo en el próximo mundial Qatar 2022, a la salida del estadio en Doha una mujer fue abordada por un periodista: “Estoy triste, pero las cosas pasan por algo”, sentenció. Lo que aquella mujer dijo es una ley universal: si bien es cierto cada acontecimiento tiene algo que la provoca, también tiene algo que queda al final como una lección para la vida.
Por Nelson Peñaherrera Castillo
Creo que lo interesante del nuevo trance nacional es que las lecciones a extraer varían según la perspectiva desde la que mires. Puede que veas la cicatriz sobre la llaga, puede que veas la llaga sobre la cicatriz, puede que veas la llaga en proceso de cicatrización. Lo que personalmente me parece como lección tras la derrota es que no perdamos el entusiasmo, pero que tampoco perdamos de vista las prioridades.
Desde la víspera del repechaje, transcripciones de audios comenzaron a publicarse y corroborarse por medios nacionales ubicados en las antípodas periodísticas, y lo que se temía parece que comienza a tomar cuerpo: que los casos de corrupción al más alto nivel estarían tocando o beneficiando al propio presidente Pedro Castillo, quien lo ha negado todo por cierto.
Encima, hay tres hechos que ponen la lupa encima del docente: primero, que su ex ministro Juan silva, al cierre de esta columna, sigue prófugo; segundo, que sus abogados están intentando juntar las paralelas de tal forma que el MinisterioPúblico quede legalmente inhabilitado para investigarlo penalmente; tercero, que su Ministerio de Justicia intenta duplicar una ley que ya prohíbe filtrar documentos de cualquier fiscalía.
A ello sumémosle, como he venido tratando en columnas previas, la crisis de fertilizantes, la de alimentos y la nnueva epidemia de control de ira entre escolares que, honestamente, me van a convertir en un activista del ‘home schoolin’. Sí, tenemos problemas, y problemas gravísimos en agenda.
A los problemas se les afronta para darles una solución, no se les evade con distractores. Y en ese sentido, me parece de muy mal gusto que, por ejemplo, las cadenas de noticias hayan dado hasta una hora de transmisión continua a gareca u Oblitas mientras en simultáneo cosas que definen y ddefinían la política de un país estaban sucediendo. No digo que no le den pantalla a Gareca u Oblitas, pero en las democracias civilizadas, cuando un hecho político es prioridad, los deportes van a otro canal o a las redes sociales… YouTube en último caso.
Por otro lado, no me parece mal que el fútbol nos proporcione un momento de distracción sana para no abrumarnos por esos embrollos, pero lo que no debemos hacer es usar el fútbol, o cualquier otra distracción, como un narcótico que nos evada de la realidad, y que al poder le sirva para tapar sus pecados.
No creo que la selección de fútbol haya jugado tan mal porque quería darnos una lección política. Es más, ni siquiera la política se les ha pasado por su cabeza; en todo caso jugaron mal porque se confiaron, porque se pusieron nerviosos, en fin, miles de cosas.
Pero también veamos qué hubiese pasado si una victoria nos bajaba la guardia de esas otras cosas tan importantes. No se extrañen si desde hoy y durante toda esta semana, aparecen informes de que tanto el gobierno como el parlamento tenían la esperanza puesta en una victoria peruana para hacer mataperradas aprovechándose de nuestra euforia.
Si esa pérdida tuvo que pasar, quizás era para que regresemos los ojos sin miedo a los problemas nacionales fuertes y trabajemos en sus soluciones. Y nuestros futbolistas nos han enseñado cómo: jugando en equipo, con los siete sentidos puestos en hacer goles.
Nuestros contrincantes siguen llamándose corrupción, crimen, pobreza y violencia. Ellos no saben patear penales; el problema es que nosotros nos comportamos con soberbia o descuido, y dejamos nuestro arco desprotegido. Algo así como la fábula de la tortuga y la liebre. Algo así.
Tú eliges si quieres ser la tortuga o la liebre.
A continuación, mira el análisis de la derrota peruana que me hizo el comunicador social y coleccionista de fútbol Diego Castillo: https://youtu.be/mQbThdwvnSI
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