ERP/N.Peñaherrera. Un pajarito me dijo hace un par de días que la nueva gestión municipal está en busca de proyectos turísticos de impacto más o menos inmediato, y, aparentemente, a quienes están incentivando su elaboración o envío es a jóvenes.
No tengo una confirmación oficial de este dato, pero la veracidad o falsedad del mismo no es objeto de este comentario dominical, sino una vieja costumbre de la administración pública: dame pero veremos si te doy.
Desde que ese sector es ese sector siempre ha buscado la forma de promover iniciativas donde suelen caer en los dos extremos: o acumula papeles pero no les da movimiento (porque no hay fondos) o los usa para ganarse el cielo con avemarías ajenas.
En el intermedio está el clásico envíen para ver en qué están y compararlo con una propuesta que ya la di por ganadora con mucha antelación.
Sin embargo, pensemos en el extremo positivo, o sea, el de fomentar el 'papelucheo'.
Si la idea es producir ídems para luego ejecutarlas, la pregunta de cajón que cualquiera debe hacerse es: ¿y de dónde saldrá la plata para ejecutarla?
En los años recientes, los gobiernos locales se han quejado de que los fondos por canon se han venido reduciendo, del mismo modo que las partidas que se les transfiere por ley desde el Ministerio de economía y Finanzas; además, la recaudación por tributos diversos ha decrecido, al punto que no faltan los vecinos y las vecinas que simplemente no pagan esperando las campañas de condonación, olvido, perdón y premio al 'perromuerto'.
¿Alguien se acordó del rubro 'finanzas municipales' en la campaña más reciente? ¡No, qué va!
Los candidazos y las candidazas estaban casi en trance insultándose, metiéndonos cumbia sin ton ni son, regalando hue.... Perdón estupideces, organizando marchas en homenaje a la piconería o presuntamente azuzando colectividad en ciertos distritos aledaños.
Pero, ¿y sobre cómo generar el billete? ¡Conjunto vacío!
Dicho en términos matemáticos: si hace varios años teníamos 1000 y ahora solo reunimos 200, ¿cómo carrizo se pretenden financiar proyectos?
Hace más de una década, conversaba con una gerenta municipal y le sugería que, para la proyección que tenía Sullana, era necesario formar y manejar una oficina de cooperación internacional que, según entiendo, sí está permitido dentro del ROF, MOF, COF-COF y similares.
La función de esa oficina sería explorar en la red diversas oportunidades de financiamiento y co-financiamiento de diversos proyectos en diversos campos de la diversa vida comunitaria.
Bien diverso, ¿no?
Y ahora con el crecimiento de las redes sociales, tal exploración se hizo más sencilla.
Lo complicado es tener el personal que acredite elaborar proyectos impecables, que soporten minucias de correcciones y que manejen ese lenguaje técnico que tiene la cooperación internacional.
Acto seguido, tener alguien que se encargue de pelar muela, vestirse chévere, tener una elocuencia sólida y no cansarse yendo y viniendo de las oficinas del ramo hasta conseguir el fondo que sería administrado por alguna instancia que garantice la transparencia, pues si las ONG, embajadas o corporaciones se huelen corrupción, ni a palos abren el caño.
O sea, burocracia con carnet, no la hace.
No es mala idea fomentar la elaboración de proyectos y la formación de un banco de los mismos, pero antes de ir jugando a la lechera, primero se debe garantizar la existencia de la plata (y que esté a buen recaudo).
Entonces, convocar, ejecutar en serio y ver los beneficios en corto, mediano y largo plazo.
Así, sí juega Perú.
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