Por: Nelson Peñaherrera Castillo. Cuando hace justo 20 años, la Internet en el Perú comenzaba a hacer la transición del auge de las cabinas públicas al lento crecimiento de las conexiones domiciliarias dial-up, éramos pocos y pocas los y las periodistas en entorno digital. Estar en la nube (rala, entonces) era casi un acto esnobista, innecesario, presumido. ¿Quién te iba a seguir por la red si había poca gente conectada? Hoy, lo raro es el medio impreso.
Y no estoy diciendo que la tinta ya fue. Yo creo que tendrá larga vida aún pero modificando su modo de presentación (¿el 3D?), y ésa es la primera palabra clave en la historia de la humanidad: modificar. Desde que inventamos la escritura hasta que inventamos el primer algoritmo de inteligencia artificial, lo que ha cambiado es la forma cómo lo hacemos, pero no la finalidad que tenemos: estar en contacto y resolver problemas.
Lo que quizás ha pasado en los tiempos más recientes es que esas modificaciones están pasando demasiado rápido para asimilarlas (los psicólogos dirían hacer duelo) e incorporarlas a nuestra vida, pero acostumbrémonos: las cosas se van a modificar cada vez a mayor velocidad y eso no debe asustarnos, porque las formas van a cambiar casi al minuto, pero lo que nunca debe cambiar, o en todo caso debe mejorar, es nuestra esencia.
Partiendo de esa premisa, y tomando como ejemplo lo que pasó en el periodismo durante las últimas dos décadas, consideremos que un factor de adaptación que debemos tener presente es que aquéllo que creíamos normal o usual (especialmente hasta antes del 15 de marzo, hablando únicamente por Perú) ya ha dejado de serlo. Independientemente de que la cuarentena por el Covid-19 se levante en nuestro país el 10 de mayo, nuevos patrones culturales evolucionaron de forma violenta, y van a permanecer entre nosotros y nosotras no lo que resta de 2020 sino por largos años, y especie que no se adapta, se extingue.
Otro desafío que vamos a asumir es cómo pasar del sobrecontrol (o sobreprotección) y el descontrol al autocontrol. Los extremos han sido la tónica de la historia de la humanidad, especialmente en los últimos 500 años, y tuvieron su momento crítico tras la Ilustración hace 300 años. No digo que fueron innecesarios: en su momento histórico, nos sirvieron para ir transcurriendo de los estamentos a la igualdad, y como el coronavirus nos pegó en la cara con su propia política antidiscriminatoria, los extremos ya no nos sirven en este momento histórico.
Ahora, si insisten en buscar una referencia histórica que nos permita comprender elinstante presente, yo diría que es una mezcla de Humanismo y Renacimiento sazonado con el avance tecnológico en algo que ahora llamamos la Sociedad del Conocimiento. Así que considero estar haciendo un arco con un momento en la Historia Universal a unos 600 años de distancia.
El nuevo orden mundial
Al virus lo derrotamos unidos y unidas, no estamentados o estamentadas. Ojo, no es comunismo, menos socialismo capitalista (Cfr. Alejandro Sanz. “No es lo mismo”); es algo diferente pero más potente que lo pronosticado por Smith así como Marx y Engels. Les agradecemos su aporte a la discusión pero sus conceptos ya se nos discontinuaron.
El nuevo orden mundial, entonces, se construye en base a estos criterios: adaptabilidad, unidad, diálogo horizontal y circular, sentido de urgencia, humanidad, proactividad, creatividad y sabiduría. Los bloques y las potencias ya no estarán regidos por países o doctrinas sino por la capacidad de autocontrol (no autorrepresión) que posea el individuo, y cómo éste trasciende de forma positiva, libre y eficaz a su comunidad.
El aislamiento social que nos impone este nuevo orden no pretende que nos volvamos más egoístas de lo que solíamos ser (a pesar de tener 4500 contactos en Facebook), sino es una oportunidad para vernos hacia dentro, reconciliarnos con nuestro potencial real y traerlo hacia afuera para brindarlo a todo el mundo de la manera más original que sea posible.
Así que si siempre sentiste que la ibas a romper en astronomía, pero te dijeron que te harían ver estrellas si no pisabas tierra firme, buenas noticias: el nuevo orden te da opción a revancha. Y como cada mundo interior no se parece a otro, lo que tendremos es una variedad de casi ocho mil millones de posibilidades, si llegamos a ese número.
Nuevos paradigmas
La era del cuánto tienes y para qué te sirve ya no va más; estamos en la edad de cuánto sabes y cómo lo usas para innovar. Y ésa es la segunda palabra clave de estos tiempos.
Fíjense que nuestra necesidad de estar sanos, ergo no enfermarnos, ha hecho que las grandes fortunas no se destinen a comprar artículos de lujo sino a buscar una cura, al menos un tratamiento porque el enemigo no es el humano, ni el animal, ni el vegetal. Es algo que no entra en ninguna de esas categorías. Es más, lo animal y lo vegetal está volviendo a recuperar el espacio que el humano le quitó.
Entonces, sobre toda esta nueva filosofía de nuestra historia, ¿cómo va a sobrevivir la humanidad, su protagonista?En mi columna anterior, ya me animaba a darle partida de nacimiento a una nueva carrera profesional, el PRER, que significa una visión holística para manejar los escenarios de riesgo en forma proactiva o mitigante, y será solo una de tantas evoluciones (al estilo Pokemón) a las que asistiremos.
Otros campos que se pondrán en valor vienen innovadoramente revalorados, y aquí vamos a mencionarlos, advirtiendo que no son excluyentes sino que se dan la mano en un contexto que representa la tercera palabra clave de esta nueva era: simbiosis, que inmediatamente dará lugar a una cuarta: sincretismo.
Producción tecnoprimaria (TP); generación del conocimiento integral (GCI); administración del conocimiento sincrodiacrónico (ACS); desarrollo de la informática para la vida diaria (DIVD); consultoría personalizada de estilos de vida saludable (CPEVS); promoción y desarrollo de la creatividad (PDC); gerencia de personas, recursos y territorios (GPRT). Quienes quieran ampliar qué traen estas evoluciones, pueden ir aquí: http://nelsonsullana.blogspot.com/2020/04/efecto-coronavirus-o-como-evolucionara.html
¿Y qué pasará con los oficios como los conocemos en la actualidad? No desaparecerán. Algunos se integrarán con otros, como que otros seguirán como únicos, pero lo común a todos es que tendrán a la automatización como su mejor aliado. Y quien sea el mejor, tendrá más mercado: competitividad, la quinta palabra de este nuevo tiempo. Así que nada volverá a ser como antes, pero lo que faltó decir es que todo será mucho mejor. Dependerá de ti, de mí, nuestro talento y nuestra actitud para que eso ocurra.
[Opina en mi cuenta de Twitter @nelsonsullana usando el hashtag #columnaNelson]