ERP/N.Peñaherrera. ¿También casi se te desorbitan los ojos cuando leíste el titular del carro bomba que detuvieron en Sullana, la semana pasada?
Cuando lo leí, por un momento se me puso la carne de gallina, pensando que la delincuencia estaba 'senderizándose', y ¿dónde michi estaba la Inteligencia para detenerla?
Claro que, cuando abrimos el enlace, el tema era otro, aunque tiene que ver con la fuerza del orden.
Y es que quizás el titular debió ser "Denuncian contrabando de combustible", como alguien me lo comentó. ¿Por qué?
Para nadie es secreto que las entradas de la frontera pasan contrabando, especialmente de gas, petróleo y gasolina ecuatorianos, más baratos pero de peor calidad que los peruanos, o al menos eso dicen quienes dicen saber.
Por lo menos en la ruta Sullana-Puente Internacional, que debe ser muy familiar para varios y varias quienes leemos esto, el contrabando se hace incluso a vista y paciencia de todo el mundo.
Si se llega a ese nivel de sinvergüencería, es porque alguien lo permite totalmente, lo que significa que también es parte del esquema criminal.
Ahora bien, ¿a quién corresponde que el contrabando no pase a territorio nacional?
Y si ese primer filtro falla, ¿cuál es la siguiente barrera legal de contención?
Y si ese segundo filtro falla, ¿a dónde recurrimos?
Claro que 110 galones –más de 400 litros- es un gran titular; pero, conociendo la realidad de todos los días, ¿no se llegan a esos extremos porque no se dijo nada ante pequeñas cantidades?
¿Por qué no pensar que tal captura fue posible porque alguien quiso salirse un poquito de ese esquema donde nadie dice nada pero todo el mundo lo sabe?
¿Esperaremos a que el Ministro del Interior encabece los operativos, como prometió al juramentar hace dos días?
En vez de solitarias intervenciones diz'que para ver los puntos de los brevetes, ¿por qué no se decomisan los miles y miles de litros de hidrocarburos que mensualmente nos ingresan?
Ahora va a dar miedo prender un fósforo en Sullana por temor a que vuele toda la cuadra. O a lo mejor, es un nuevo método de demolición.
A ver, con qué justificación rimbombante nos saldrán.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)