ERP/A.Abad. Se incrementan casos de bullying en colegios de Talara. En esta semana, un niño de 7 años del colegio “Nuestra Señora de Guadalupe” N° 15513 de Talara Alta tuvo que ser intervenido quirúrgicamente en una clínica tras ser fuertemente golpeado por otros estudiantes. Su progenitora, Karina Rumiche Saavedra, se queja de la indiferencia de las autoridades de este centro educativo. Pide a la Ugel Talara su intervención en los casos de violencia escolar o bullying.
Hechos como el ocurrido en la IE N° 15513 no hacen más que corroborar que la normativa de lucha contra el bullying, así como la falta de implementación del Plan de Sana Convivencia, que permitiría prevenir el acoso escolar, no se estaría cumpliendo en la jurisdicción de la Ugel Talara.
Numerosos padres de familia han advertido sobre la escasez de esfuerzos ante la violencia escolar, la cual habría permitido que varios casos de bullying sean perpetrados. “La situación se ha visto agravada por los casos de violencia escolar que se percibe en varios colegios públicos y privados de Talara; pero lo más preocupante es que en algunos medios se ha informado que pandillas escolares se enfrentan en Talara Alta”, comentó el ciudadano Leonardo Morales Montero.
ESPECIALISTA…
Consultado sobre el tema el psicólogo del Minsa Talara Víctor Bossio Rodríguez, remarcó que el bullying daña más la salud mental que el maltrato por adultos, pues se ha comprobado que jóvenes que sufrieron bullying tienen un mayor riesgo de presentar ansiedad, depresión y a autolesionarse.
“El hecho de que un niño acose y agreda a otros implica muchos factores de por medio, pero el principal es el hogar. Si en la casa existe un ambiente hostil, no hay reglas definidas ni respeto y tanto padres como hijos se agreden física y psicológicamente, los niños crecen comprendiendo a la violencia como algo común en sus vidas”, dijo Bossio Rodríguez.
Agregó que el niño que agrede a sus compañeros ha sido agredido antes en casa. La ausencia de los padres, el descontrol y los castigos físicos son parte del ciclo de violencia por la que pasa el escolar y todo este maltrato familiar lo proyecta en las relaciones con sus amigos.
“Si en el hogar nadie lo escucha, el agresor busca llenar esa carencia ¿cómo? obligando a sus compañeros a estar bajo su dominio y si no lo hace, reproduce el maltrato, que alguna vez recibió”, afirmó.
Finalmente, el psicólogo del Minsa Talara dijo que la falta de normas en casa y la excesiva tolerancia de los padres de conductas inadecuadas en el niño y en el adolescente, también contribuyen al origen del bullying. Estas dos características dejan al menor que haga lo que quiera, en el momento que quiera, sin ningún límite.