Docente de Universidad de Piura, pide protección de embrión
ERP. El 25 de marzo se celebra el “Día del niño por nacer” en varios países de América y algunos de otras partes del mundo. Las doctoras Rosario de la Fuente y Laura Malespina, del Campus Piura y Campus Lima, respectivamente, de la UDEP, abordan este tema y los peligros que acechan al no nacido.
“Igual que antaño, el peligro más grave al que está expuesto el concebido es el de ser abortado, esto es, matado por decisión de su propia madre. Esta situación dramática, solo puede revertirse, si se concientiza a la sociedad del valor inconmensurable de la vida humana en cualquier estado de su desarrollo y ante cualquier adversidad”. Señala la profesora Malespina, doctora en Ciencias Jurídicas y máster en Bioética, directora de Humanidades en el Campus Lima.
La jurista explica que, a nivel ontológico, no existen diferencias entre el no nacido y los ya nacidos. “El gran cambio sustancial se produce en el momento de la concepción. A partir de allí, estamos ante un ser humano diferente de sus progenitores, que ya tiene toda la carga genética y el sexo determinado. Depende de su madre para crecer, pero la dependencia es una característica profundamente humana”, anota.
La experta en Bioética recomienda “acompañar a la mujer embarazada para evitar decisiones tan desafortunadas como las del aborto”.
El embrión debe ser protegido
La doctora Rosario de la Fuente coincide con las afirmaciones de la doctora Malespina. Sostiene que el embrión humano debe ser protegido como persona, desde el momento de la fecundación. “Se trata de un individuo de la especie humana distinto y dinámicamente autónomo respecto de la madre cuyo desarrollo es un proceso continuo ordenado por tres principios: la coordinación ?de acuerdo a la información contenida en el genoma?, la continuidad y la gradualidad”. Asimismo, explica que no debe haber contradicción respecto al inicio de la vida humana, pues los tratados de Medicina siguen afirmando que esta comienza cuando se unen el óvulo y el espermatozoide. “Hasta los grandes defensores del ‘derecho ilimitado’ de la mujer al aborto están de acuerdo con esta definición, como el profesor y filósofo Peter Singer –defensor del ‘derecho al aborto´- ha señalado: no tengo dudas sobre el hecho de que la vida comienza en el momento de la concepción”.
No se debe imponer la prestación abortiva
De La Fuente Hontañón indica que en el ordenamiento jurídico peruano, “la vida del nasciturus, del que va a nacer, es un bien, no solo constitucionalmente protegido, sino que encarna un valor central del ordenamiento constitucional. Por ello, se propugna la eliminación de toda práctica abortiva, eugenésica, eutanásica o que manipule la vida humana. Entonces, el Estado no puede imponer a ningún profesional la prestación abortiva”, afirma.
A modo de síntesis, la docente universitaria señala que se debe evitar que se continúen legalizando prácticas que atenten contra la vida humana, y que conviertan al embrión humano en el esclavo de los tiempos modernos. “No podemos consentir que sea calificado como un daño, como un agresor y como un enemigo para la madre”, sostiene.
Asegura que el concebido tiene derecho a tener unos padres y no son un bien o derecho de los padres sino un don. Asimismo, defiende el derecho a la vida de todos los seres humanos, nazca sano o con malformaciones; por ello, tampoco se puede instrumentalizar la vida humana ni cosificarla, de ahí que “no es lícita la utilización de embriones humanos -a veces producidos a tal efecto- todavía vivos como material biológico abastecedores de órganos y tejidos para trasplantar. Del mismo modo, es ilícito el descarte de embriones (sobrantes o supernumerarios) y la crioconservación. Con la reproducción asistida se favorecen los intereses económicos de muchas clínicas dedicadas a este negocio, que consideran al embrión como un objeto de propiedad”.
Al respecto, la doctora Laura Malespina señala que la información mediática “que se realiza de manera sesgada, ha generado la idea de que las tecnologías reproductivas son una panacea, sin tener en cuenta la situación de injusticia a la que son sometidos los concebidos”.
De acuerdo a la legislación peruana, a la Constitución, los derechos del no nacido y de todas las personas humanas, deben estar protegidos. Por eso, “el Derecho peruano debe blindar al ser humano, debe mantener su orientación humanística en cuanto a la protección jurídica de la persona, desde el momento de la concepción hasta su fin natural. No existen seres humanos que no sean personas. Debemos dar importancia y resaltar, la unicidad del cuerpo humano, la irrepetibilidad del individuo, la insustituibilidad real del ser humano. Como decía Miguel de Unamuno: ‘Soy especie única’, o ‘Lo único que el hombre cumple en serio es nacer.”