ERP. Monseñor emérito José Antonio Eguren Anselmi, se despidió de su feligresía y no pudo evitar "quebrarse" al dirigirse a los presentes que fueron a despedirse, tras su retiro del Arzobispado de Piura y Tumbes, después de 18 años continuos. En la misa de despedida, estuvo su reemplazante, el Obispo Guillermo Elías Millares, quien lo suplirá hasta que el Papa Francisco adopte la decisión respectiva.
Dirigiéndose a los presentes, monseñor Eguren Anselmi, recordó algunos valores católicos y aunque dijo hacer esfuerzo para no "quebrarse" las lágrimas y la voz mostraron su pesar por el alejamiento de la Arquidiócesis de Piura y Tumbes. En lo que constituye su última homilía y sobre todos sus palabras, indicó que se irá a Lima, donde estará presto para ayudar a quien se le solicite.
"Como olvidarme de mi Piura, de mi Tumbes, no me puedo olvidar" indicó Eguren Anselmi en sus sentidas frases.
Precisó que Piura ha sido el lugar que le ha permitido ejercer como obispo; pidió a la población unirse y seguirse preocupando por problemas de Piura. Calificó a Piura como la "Puerta de la fe" en recuerdo que por estos lares comenzaron las labores de evangelización. Dirigiéndose a las autoridades, precisó que se requiere fe, para encontrar los verdaderos motivos y fortalezas para poder estar unidos y para trabajar por el bien común de piuranos y piuranas.
"Si estamos unidos como los apóstoles, entonces y como ellos unidos a Jesús, todo va a ser mucho más fácil, la unidad es clave para poder sacar a esta bendita región adelante, Trabajen siempre muy unidos, no separados o dispersos, no sigan el mal ejemplo de {Tomás}, estén siempre en comunión y no solamente entre ustedes, sino en comunión con el señor resucitado, allí está la clave, todo obstáculo será superable y todo problema lo podemos vencer(...)" indicó Monseñor Eguren, dirigiéndose a las autoridades y pueblo piurano que lo acompañaba.
No se olviden nunca de "San Miguel" es nuestro Patrono, indicó el obispo saliente, quien igualmente tuvo palabras de fe para la "Mechita" por cuya religiosidad trabajó durante su obispado; asimismo para el Cautivo de Ayabaca.