ERP. La violencia de género no tiene cuando acabar y cada vez se presentan casos extremos que afecta la vida de la mujer y de menores de edad. Es lo que sucedió recientemente en Jicamarca, donde se drogó al padre y después de perder el conocimiento, se violó a su menor hija, para causarle la muerte después. El hecho ocurrido en Jicamarca ha conmocionado una vez más el país.
Hernán Huamanciza, padre de la menor de 15 años asesinada en su vivienda en Jicamarca en el distrito de San Antonio de Huarochirí, contó que el principal sospechoso del crimen Dimas Pablo Celestino vivía desde hace más de un año en su casa como inquilino.
“Se ganaba la confianza. No sospechaba nada. Cocinábamos juntos. Quién va a sospechar que estoy durmiendo con el enemigo”, indicó a RPP Noticias. Lo cierto que de acuerdo a los estudios realizados, parte de los agresores de violencia de género se encuentran en el entorno familiar, como lo acontecido en este caso que enluta a una familia.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) informó que un equipo del Servicio de Atención Urgente (SAU) se movilizó hacía Jicamarca, tras conocerse el caso de una adolescente hallada muerta en su domicilio y que, presuntamente, habría sido víctima de violencia sexual. La situación aumenta la inseguridad que se observa y que generalmente tiene en la propia familia a los agresores.
El área legal del SAU, que asumió el patrocinio del caso, participó de las diligencias a cargo de los efectivos de la policía de criminalística y Comisaría de Jicamarca, así como representantes de la fiscalía. Se busca que haya justicia respecto a este hecho conocido, el mismo que por su propia naturaleza, es un acto atroz y violento que acaba la vida con una persona.
Así mismo, los familiares de la víctima recibieron contención emocional a cargo de un psicólogo. Por su parte, el especialista en servicio social tomó contacto con los demás familiares y realiza las gestiones correspondientes para el sepelio y otros gastos relacionados. El MIMP seguirá el caso de forma permanente para lograr el acceso a la justicia de la familia, así como su recuperación física y emocional.