ERP. El Papa Francisco, tiene acostumbrada a la feligresía y al mundo católico transmitir humildad y tolerancia entre seres humanos; sin embargo, en un gesto sorprendente, se enojó cuando una mujer lo cogió de la mano en señal de reverencia y él la apartó violentamente. La humildad de las palabras convertida en soberbia con sus actos, demuiestra que es humano, que no es divino y que se comporta como cualquiera persona.
Aunque después pretendió arreglar o solucionar el impasse, la noticia se difundió a nivel mundial y no pudo remediar lo que para muchos, fue un exceso, un desatino, una torpeza, un acto de violencia e incomprensible de quien debe predicar otro tipo de valores.
La mujer, de rasgos asiáticos, se encontraba junto al resto de fieles tras las barreras de seguridad de la plaza y cuando el Papa pasó frente a ella, le agarró de la mano e intentó jalarlo hacia ella.
El Papa Francisco trató inmediatamente de zafarse de la mujer y, tras lograrlo, le golpeó la mano en señal de reprimenda, visiblemente molesto, mientras sus agentes de seguridad se acercaba en su ayuda, aunque no tuvieron que intervenir.
"Muchas veces perdemos la paciencia, también yo. Pido perdón por el mal ejemplo de ayer", señaló Francisco desde la ventana del palacio apostólico y momentos antes del rezo del Ángelus.
#Video 📹 Con una tanda de manazos, el Papa Francisco, visiblemente indignado, se zafó de una mujer que lo había agarrado del brazo y tirado hacia ella https://t.co/JB7kV9Gw0s pic.twitter.com/NIDNeBI6YO
— El Universal (@El_Universal_Mx) January 1, 2020
Después de cometido el hecho, que demuestra un estado de ánimo, las disculpas son insuficientes para una autoridad religiosa que pretende erigirse como un representante de la humildad y la tolerancia.
Luego, olvidándose de lo que hizo, condenó la violencia, la humillación y las ofensas que sufren con frecuencia las mujeres y justamente, una de sus víctimas fue una mujer que solo buscó sentir el calor de esa mano que se levanta muchas veces jubilosa y en señal de amor a todos.