ERP. La pedagogía de hoy requiere un valor añadido que comprenda no solo el procesamiento de nuevos conocimientos en las y los estudiantes, sino también un enfoque en el desarrollo de pensamiento crítico, valores, habilidades socioemocionales y sentido de propósito en la vida. Este es el tipo de educación por el cual estamos apostando hoy en día y por el cual nos compromete a seguir desarrollando y aplicando nuevas estrategias en las aulas de clase.
“Actualmente, es fundamental que el estudiante desarrolle un deseo de conocimiento, la necesidad de aprender a aprender, desarrollar sus habilidades socioemocionales y valores. Sin embargo, esto requiere un compromiso continuo por parte de las y los educadores, las instituciones educativas y la comunidad en general. Al adoptar estas estrategias, la educación puede convertirse en una fuerza poderosa para inspirar a las generaciones futuras a alcanzar su máximo potencial y contribuir positivamente a la sociedad; así como impulsar el desarrollo de la autonomía y el liderazgo en cada peruana y peruano en formación.”, comentó Rosa Montoya, coordinadora del Programa ¡Qué Maestro¡ de Enseña Perú.
En esa línea, Montoya resaltó cinco aspectos que permiten potenciar una propuesta educativa, de cara a la formación de escolares:
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Fomentar la mediación del aprendizaje: Esta perspectiva se enfoca en el rol activo del estudiante en la construcción de su propio conocimiento, mientras que el docente actúa como facilitador/a, brindando apoyo, orientación y oportunidades para el desarrollo. De esta manera, el o la educador/a se convierte en un maestro en el arte de formular preguntas poderosas y estimulantes.
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Conectar el aprendizaje con la vida real: Relacionar el contenido del currículo con situaciones de la vida real brinda a los estudiantes una comprensión más profunda y práctica. Los educadores pueden utilizar estudios de casos, proyectos basados en problemas y experiencias prácticas para ayudar a los estudiantes a ver la relevancia y el propósito de lo que están aprendiendo.
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Promover la empatía y la inteligencia emocional: La pedagogía trascendente no se trata solo de conocimientos académicos, sino también de la formación integral de la persona. Trabajar en todo momento la empatía, inteligencia emocional y habilidades sociales en el currículo puede ayudar a los estudiantes a comprender mejor a sí mismos y a los demás, lo que contribuye a un mayor sentido de propósito.
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Inspirar la curiosidad y la creatividad: Estimular la curiosidad y la creatividad es esencial para una pedagogía trascendente. Los educadores pueden promover la exploración independiente, el pensamiento divergente y proyectos creativos que permitan a los estudiantes desarrollar sus habilidades creativas y encontrar su propia voz.
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Trabajar una visión personal y grupal con sus estudiantes: Brindar a las y los estudiantes la oportunidad de soñar con su futuro y transformar esos sueños en metas concretas de aprendizaje y desarrollo de habilidades sociales durante el año escolar. Esto no solo les proporciona sentido de competencia, sino también un profundo significado a su proceso de aprendizaje diario.