ERP. Aunque el coronavirus tiene una preferencia por las células del tracto respiratorio, eso no significa que únicamente afecte a estas, sino también al corazón, riñón, hígado y demás órganos. El virus avanza por las vías respiratorias a través de vasos linfáticos y sanguíneos, inclusive ataca las células hepáticas normales ocasionando la respuesta del sistema inmunológico que se traduce en un proceso inflamatorio generalizado.
Esta gran inflamación que busca destruir al virus, es de tan alto nivel, que puede generar un daño colateral en los órganos más débiles. El médico gastroenterólogo, Julio Cesar López Prado, jefe del servicio de gastroenterología del Hospital Ramón Castilla de EsSalud, explicó que “el virus ingresa en el hepatocito y empieza su multiplicación causando un problema inflamatorio, posteriormente se produce una hepatitis con aumento de transaminasas, bilirrubina, generando ictericia igual a una hepatitis , de ahí se produce una reacción desordenada de la respuesta inmune, dañando nuestras células normales, ocasionando hepatotoxicidad”.
Cuando nuestro hígado padece ya de un mal crónico, tiene un mecanismo de defensa desgastado y si le sumamos este gran proceso inflamatorio podría quedar con secuelas.
“Cuando se ha tenido una enfermedad pre existente hepatitis b y c, o hígado graso o cirrosis, o cáncer, el daño va a ser mayor, la injuria al hígado va a incrementarse y algunos pacientes quedaran con secuelas”.
Por supuesto que también hay quienes lo superaran y solo quedarán con alguna cicatriz, dependiendo de la capacidad de su sistema inmune, estado físico, mental y nutricional.
“Se ha visto que hay un daño hepático entre un 14 y 53 % de pacientes post covid sin embargo recordemos que el hígado es un órgano noble que se defiende solo, tiene mecanismos para destruir bacterias, virus, es nuestro órgano blanco de defensa”.
El doctor López Prado añadió que las medicinas del tratamiento anticovid, pasan por el hígado, como todo lo que ingresa a nuestro organismo, y pueden contribuir a su deterioro. Recomienda que el mejor modo de prevenir el daño hepático es bajar la carga de estrés, dormir las horas necesarias, hacer ejercicios, nutrirlo y vivir en tranquilidad y armonía.