ERP. A menudo asociamos la inquietud y la excesiva curiosidad de un niño como sinónimo de que crece saludablemente. No obstante, la realidad podría estar muy lejos de ello. Cuando estos comportamientos superan los límites, se convierten en una señal de alarma para los padres, ya que el menor podría tener un Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
Según el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas, en el Perú existen alrededor de 7% de menores en edad escolar que sufren algún grado de TDAH, y no han sido diagnosticados, debido a que muchas veces su comportamiento se confunde con inquietud y/o flojera.
El TDAH es un trastorno de carácter neurobiológico originado en la primera infancia que, en muchas ocasiones, está asociado a patrones de conducta que suelen estar presentes durante al menos seis meses, afectando el desarrollo normal de las actividades del pequeño.
En ese sentido, Edwin Laredo Chacón, psicólogo y director del programa Neurofeedback 2.0 de NeuroM, empresa líder en programas orientados a mejorar los niveles de atención y relajación en niños, explica cómo identificar si un niño en etapa escolar se encuentra desarrollando dicho trastorno:
- Muestra dificultad para prestar atención. Este es el síntoma de mayor alerta. Si nota que a su hijo le resulta difícil escuchar, no sigue instrucciones ni termina las tareas que le deja bajo su responsabilidad, no presta atención a los detalles o comete errores que podrían evitarse fácilmente, son signos de que requiere ser tratado por un especialista.
- Pierde las cosas con frecuencia. Perder de vista los elementos necesarios para sus tareas o actividades cotidianas, ya sean útiles escolares o juguetes, podría ser otra señal de alerta. Si bien es normal que a los niños o adolescentes se les olviden las cosas, si la situación se vuelve repetitiva, es mejor salir de dudas.
- Es hiperactivo y responde con impulsividad. Durante la etapa escolar es cuando los niños empiezan un proceso de maduración y de socialización. Si en el aula o en casa, el niño responde mucho antes de que terminen de formularle una pregunta, se muestra impaciente, interrumpe a los demás, habla demasiado, se mueve constantemente o mueve alguna parte de su cuerpo, empuja o agrede a sus compañeros y manifiesta que no quiso hacerlo, podría estar desarrollando TDAH.
Llegar a la conclusión de que un niño tiene un Trastorno del Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), es un camino de varios pasos pues no existe un único examen para diagnosticar esta condición. Además, existen muchos otros problemas relacionados con la ansiedad, la depresión y algunos tipos de trastornos de aprendizaje que suelen ser confundidos debido a sus síntomas similares.
“Hoy en día encontramos algunos softwares y gadgets que, por medio de videojuegos y, aunados a otras técnicas, ayudan en la reducción de esta condición en niños y adolescentes. Con el Neurofeedback 2.0 podemos lograr hasta un 20% de reducción del TDAH.”, menciona el psicólogo Laredo.
“Nuestra metodología combina disciplinas como la Programación Neurolingüística (PNL), el Mindfulness y el Neurofeedback que, con base científica, permiten obtener comprobables mejoras en el tratamiento contra el TDAH”, finaliza.
Si bien los estudios tienen como objetivo la notable reducción de los niveles del déficit de atención, también ayudan a disminuir los niveles de estrés y ansiedad, mejorar la calidad de descanso, lograr cambios positivos en su conducta y mejorar su rendimiento escolar de una forma amigable y eficiente.