ERP. Un momento tenso y difícil vivió un padre de familia, quien salió desde la ciudad de Sullana, con rumbo a la ciudad de Piura, llevando a su hija de 28 años quien sería atendida en su diálisis en dicha ciudad. El problema se presentó al no contar con la tarifa del peaje y debido a esa circunstancia ser impedido de continuar con el viaje. Argumento, que trabaja de manera independiente y que no contaba con el monto, sin embargo, fue en vano.
Según nos narró una de las parientes de la paciente natural del distrito de Bellavista, la camioneta en la que viajaban era de préstamo y debido a la urgencia, consiguieron para el combustible, olvidándose que en la ruta Sullana- Piura, funciona el peaje. Pensó que, por emergencia nacional, la situación sería comprendida, pero una férrea respuesta y negativa, los mantuvo en el lugar por varios minutos, ocasionando la protesta de otros vehículos.
En tanto, el desesperado padre, buscaba explicar la crítica situación que le ha generado estar en cuarentena, su hija vivía la tensión, no solo de llegar a tiempo al Hospital, sino igualmente las consecuencias de su enfermedad; pese al cuadro humano, la responsable del cobro en el peaje, solo atinó a decir que deberían pagar, pagar y pagar y que no era culpa de ella, pues a ellas las obligaban a “seguir trabajando”.
“No hemos querido burlar el control, la difícil situación que enfrentamos nos hizo olvidar el dinero para el pago del peaje; pensé que, si hasta los bancos dan facilidades, también podrían hacerlo estas entidades que administran una concesión del Estado, pero no fue así” dice una acongojada hermana, al narrar el difícil momento que vivió su padre y su hermana enferma.
Sin embargo, no fue el personal del peaje quien comprendió esta emergencia, sino un conductor que, con mucha solidaridad, se dignó prestarles el monto requerido que les permita continuar con su viaje y llegar a tiempo al tratamiento de la diálisis.
“Los momentos son difíciles y el Estado no puede ser inhumano. Un tramite de esta naturaleza amerita entender que no fue viveza, sino la falta del dinero, por la tensión de llevar a la paciente a la ciudad de Piura, para su tratamiento” indicó una de las hermanas que iba acompañándolos en este viaje. Agradecieron el buen gesto de la persona, que demostró su gran sensibilidad.
Recogemos este hecho, por el sentido humano del caso y por la indolencia de una instancia, que pudo solucionar con mucha discrecionalidad este hecho, cuya empleada derivó su decisión a la Concesionaria de la vía. El caso se produjo aproximadamente a las 5 de la mañana del miércoles 18 de marzo.