ERP/Nelson Peñaherrera. Con el viento a favor y todo un camino por delante debía sentirse Edgard Córdova (24) aquella mañana de marzo, cuando iba conduciendo su moto a la altura de Samán, distrito de Marcavelica, pues muy poca gente puede presumir de haber estado en tarima tocando la guitarra para Armonía 10, una de las orquestas de música tropical más importantes del Perú.
Aunque sus inicios en público fueron a los 18 años de edad en una banda de rock, de alguna forma su talento le llevó a ser requerido para interpretar otros géneros. A los 19 fue convocado por una agrupación de cumbia, y no lo hacía mal, amén de ser un hábil improvisador.
Edgard comenzó a tocar la guitarra a los 15 años de edad viendo a su padre, quien interpretaba pasillos, boleros y una que otra balada antigua, además de valses peruanos y ecuatorianos.
"Nunca tuvo oportunidad de enseñarme, así que tuve que aprender solo", recuerda.
La nueva afición de su hijo inicialmente preocupó a su progenitor debido a que ya había comenzado estudios universitarios de Ingeniería Civil, y los conciertos demandaban tanta o más concentración que los contenidos académicos, los que interrumpió hace dos años en el sétimo ciclo, aunque Edgard aclara que lo hizo para ahorrar dinero.
"Al principio estaba de acuerdo, pero cuando la música empezó prácticamente a ser una prioridad en mi vida, se preocupó bastante, debido a que iba a distraerme de mis cosas que son más importantes; pero después empezó a verlo como trabajo y él ahora lo entiende", cuenta.
Así fue como comenzó a tocar en bandas locales hasta llegar en algún momento a incorporarse a una orquesta famosa en todo el país y en varias partes del mundo. De hecho, en su currículum figuran: Hermanos Chapoñay, Zavaleta y orquesta, Joalos y Orquesta, la Tropiband de Koky Zegarra, hasta ser músico eventual en Armonía 10.
Su talento le llevó a ir de Sullana a Tumbes y de Máncora a Piura tocando la guitarra dentro de diferentes agrupaciones.
Sin embargo, hay pruebas que pasan más allá de olvidar un acorde o desafinar en pleno en vivo, y peor aún que pasan fuera del escenario. El pasado 29 de marzo, Edgard y un vecino iban en la motocicleta del primero hacia Samán cuando pasó lo impensable.
De repente me sorprende un auto station wagon por la parte de atrás, y logra impactarme por el lado izquierdo, sacándome de la vía, haciéndome ´perder el control de la moto; posteriormente caí al piso: no recuerdo en qué momento se fracturó la pierna’. En efecto, su tibia y su peroné se partieron en dos y se luxó la articulación de la muñeca; su pierna derecha presentaba varias laceraciones.
"Caí al pavimento de cabeza, di muchas vueltas en la caída... si no fuera por el casco, dios sabe dónde estaría".
Mientras el auto se daba a la fuga, su vecino solamente sufrió raspones en el brazo y en la espalda. Los lugareños lo auxiliaron de inmediato.
De ser un joven que salía a correr por las mañanas y practicaba pesas por las tardes, su movilidad quedó severamente limitada (anda con muletas dentro de su casa) en gran parte, por una decisión que ahora Edgard considera fue equivocada.
"Lamentablemente me confié de un huesero tradicional... me estuvo tratando durante dos meses y medio, pero resulta que al sacarme la radiografía me di cuenta que los huesos tibia y peroné habían pegado mal, así que esta vez tomé una consulta con un traumatólogo, quien me recomendó hacerme una operación urgente", explica.
Ahora Edgard está concentrando su energía en conseguir fondos para una cirugía que le devuelva la movilidad, la posibilidad de concluir su carrera y de pararse nuevamente en un escenario a tocar la guitarra. El accidente le está provocando pérdidas a nivel laboral y académico.
La intervención que fluctúa entre los seis mil a los ocho mil soles (entre 1500 a 2500 dólares) consiste en romper otra vez la tibia y el peroné y reacomodarlos nivelándolos y fijándolos con platinas; luego, vendrá la rehabilitación física, tras otro periodo de descanso.
Por ello, este domingo 25, los Hermanos Chapoñay de Piura y la Tropiband de Sullana amenizarán un baile de solidaridad en la segunda cuadra de la calle Félix Jaramillo, El Obrero, desde las cuatro de la tarde: habrá pollada, anticuchos y cerveza bien helada, asegura Edgard.
¿Tocará la guitarra durante la velada? Habrá que asistir y colaborar para salir de la duda.