ERP. La drogadicción es una enfermedad del cerebro que se puede tratar. La Corte Superior de Justicia de Sullana, a través del Programa de Acceso a la Justicia de Personas en condición de vulnerabilidad, capacitó a través de un taller a 56 alumnos de 5to año de Secundaria, de la institución educativa "Andrés Avelino Cáceres" del distrito de Marcavelica sobre la "Prevención y Consecuencias del Consumo de Alcohol, Tabaco y Drogas: Aprende a decir no".
Fue la psicóloga Maribel Amalia Carmen Sarango, responsable del Módulo Programa DEVIDA del Hospital de Apoyo II de Sullana, quien expuso este tema, a invitación del indicado programa de "Justicia en tu Comunidad" la cual incidió que la drogadicción es una enfermedad del cerebro, que se puede tratar.
Se considera una enfermedad del cerebro, porque las drogas cambian el mismo, su estructura y cómo funciona. Estos cambios pueden durar largo tiempo y llevar a los comportamientos peligrosos que se ven en las personas que abusan de las drogas.
La adicción
Muchos de adolescentes y jóvenes incurren en el uso y abuso de la droga. Pero lo más preocupantes es cuando se cae en la adicción, es decir incontrolable de la persona por consumir una o varias sustancias de forma continua y prolongada. Y esta es comparable con cualquier enfermedad crónica, que pueden ser medibles en su metabolismo y producen cambios visibles.
Los alumnos durante el taller se mostraron muy interesados por conocer los efectos de la droga en el cerebro, sobre todo en el daño a las neuronas y los cambios de comportamiento. Y es que la persona que consume tabaco, alcohol (cerveza, vino, cañazo) o drogas (marihuana, cocaína (pasta o clorhidrato), presentan alteraciones en su conducta como: agresividad, desconfianza, irritabilidad, deterioro intelectual, cambios de humor, problemas laborales, familiares y sociales.
Enfermedades
Además se les indicó que las personas que son frecuentes en el consumo de estas sustancias padecen enfermedades como hepatitits, cirrosis, miocardiopatías, hipertensión arterial, anemias. Así como síndrome alcohólico fetal, donde los recién nacidos (de padre o madre adicta) presentan bajo peso, ojos pequeños, cráneo pequeño con deficiencia mental y síndrome de abstinencia: temblores, alucinaciones, convulsiones, demencia, entre otras.