ERP. La empresa minera Río Blanco Cooper, tiene la concesión de los recursos cupríferos que se encuentran entre la comunidad de Yanta y Segunda y Cajas. Adquirió los derechos de la empresa Majaz y pese a la oposición de la comunidad, pretenden en algún momento ejercitar su derecho de explotación, como ha sucedido con otras experiencias similares.
Se estima que existen reservas probadas de 8 millones de toneladas de cobre, además de otros minerales como el molibdeno. La historia de esta concesión se encuentra marcada por la violencia y los abusos de las concesionarias y también de la férrea defensa de su territorio por parte de los comuneros.
El principal accionista de Rio Blanco es Xiamen Zijin Tongguan Investment Development Corporation, que tiene entre sus inversionistas a: Zijin Mining Group (45%), Tongling Non-Ferrous Metals Group Holding Co. Ltd. (35%) y Xiamen C&D Coperation Ltd. (20%); según se indica en la página Web de esta empresa.
Recientemente, y sin haber explicado los motivos, llegaron en plan de trabajo 10 personas. Se desplazaron hacia el campamento de la empresa minera, y a partir de allí las informaciones son confusas. Se dice que 6 de ellos, fueron detenidos por las rondas campesinas y fueron enviados en cadena ronderil, en tanto que 4 de ellos cogieron un camino indeterminado.
Las Huarinjas, es una zona de páramo. Ingresar a este territorio debe hacerse con las seguridades del caso, y con guías que conozcan en detalle los introitos de la cordillera huancabambina y ayabaquina, la misma que alterna entre páramos, niebla, frío y lluvia, lagunas diversas que son usadas con fines esotéricos.
Si bien es cierto, que las más conocidas son la Laguna Negra y la del Shimbe, en gradiente, se tiene una treintena más que se ubican en esta parte de la cordillera. Desplazarse por este lugar, no solo es encontrarse con una naturaleza original; sino encontrar esa dicotomía de belleza y misterio.
Por estos lugares, caminaron los 4 trabajadores de la empresa minera Río Blanco, y aunque ahora son parte del misterio, lo cierto que su desconocimiento del territorio los llevó sin rumbo y después de muchos días, la empresa no tuvo otra opción que reconocer que se encuentran perdidos.
Uno de ellos ha sido encontrado. Sobre su actuación se ha comenzado a especular y se han encontrado pertenencias de los aún desaparecidos. Las investigaciones determinarán los reales entretelones de lo acontecido; en intensa búsqueda, tres de ellos fueron encontrados muertos en el Cerro Negro de Yanta, comunidad de la provincia de Ayabaca.
Igualmente es verdad, que los GPS dados por la empresa simplemente no funcionarios y quizá fue la causa para no saber hacia dónde iban. Es muy probable, que más allá de estos instrumentos, no hayan tenido el conocimiento y la información para orientarse en caso de quedar desamparados en una zona inhóspita.
Para una fuente de Huancabamba, la empresa mantiene reserva para dar información y no existe claridad respecto a los reales motivos de la presencia de estos trabajadores en el campamento. Se dice que era para levantamiento topográfico; así lo reconoce la empresa; de ser así, todo hace indicar que se les envió sin medidas de seguridad para cautelar su integridad física.
Se ha dado énfasis a la búsqueda y la Policía Nacional, la Fuerza Aérea del Perú y comuneros han cumplido con su deber, y rescatar los cuerpos de los fallecidos; sin embargo, queda pendiente las explicaciones y determinación de responsabilidades, de una empresa que envía a sus trabajadores a mansalva, a un lugar que es tensional y además, por las condiciones climáticas e inhóspito de la zona. deberían haber prevenido este tipo de riesgos. .
Quienes conocen la cordillera, saben que para ingresar a ella, no se puede hacer de la manera más graciosa. No solo es lo agreste de la cordillera, el laberinto de caminos de herradura; sino las condiciones climáticas que obligan a protegerse. Responsabilidades la existen; solo deben determinarse.
Estas tres vidas, son un sacrificio más a causas que están en debate y que deberían mirarse con mayor análisis, para evitar que los riesgos se conviertan en desgracias.