ERP. El 2014 será un año electoral. Las elecciones regionales y municipales, permitirán a los ciudadanos evaluar, lo avanzado. Es probable, que el actual presidente regional y alcaldes de las provincias y distritos de la región Piura, inicien su campaña para convencer a los ciudadanos para que se les elijan de nuevo. En enfoque de estos funcionarios, es diferente al de la población, para los primeros han cumplido a cabalidad, para los segundos se incumplió.
A nivel regional, Javier Atkins Lerggios, fue un fracaso en todo. Durante este año se fortaleció el personalismo y se dedicó a formar un nuevo movimiento; paralelamente sus equívocos eran mayores y censurados. La carretera del Km 21 que quedó como herencia del gobierno aprista aún no se culmina y las irregularidades se han multiplicado. El asunto mayor fue la caída del proyecto Alto Piura, el cual deberá someterse a un nuevo proceso.
Las obras grandes o de "impacto" como las califica el cuestionado presidente regional, en su gran mayoría se han adjudicado al 109% del valor referencial. En esa lista se encuentra el puente Viejo, el Hospital de Paita; y cuánta obra existe en la lista de la gestión de Javier Atkins Lerggios. Las pérdidas por mala gestión han perjudicado enormemente a la población regional. El 2014, será una gran oportunidad para calificar con el voto, este magro accionar.
A nivel de Piura, su alcaldesa se ha visto envuelta en cuestionamientos y señalamientos. Ruby Rodríguez de Aguilar, decidió rodearse de chimbotanos, siguiendo el camino de Atkins que lo hizo con limeños. Esta situación habría facilitado que empresas constructoras de otros lugares, se hagan de las obras locales. Piura, no ha cambiado mucho y el concepto de desarrollo sigue siendo tan elemental y miope, que no se plantea un desarrollo urbanístico acorde a su crecimiento y dinamismo.
No es diferente en Sullana, su alcalde Jorge Camino Calle, se dejó ganar por los problemas y la ciudad se encuentra inundada por desagües, un deprimente estado que se ha visto agravado con el abandono de obras por parte de una empresa, que la mayoría de población alertaba que iba a quedar mal. Igual que en la ciudad de Piura, Sullana, no tiene una planificación adecuada y no se invierte en ello; la ciudad se encuentra llena de mototaxis y cada día se densifican más sus calles y avenidas. La mediocridad campea y el desorden se incrementa, a la par que los malos olores.
Talara, fue el símbolo de lo caótico. Su alcalde titular fue vacado tras un escándalo nacional. Rogelio Trelles Saavedra, fue señalado por actos de corrupción, encarcelado, vacado del cargo, y últimamente liberado. Su nuevo alcalde, Jacinto Timaná, tiene ya como mérito el haber logrado que el proyecto de la modernización de la Refinería de Talara se haga realidad. Además, viene luchando para devolver la credibilidad y moralidad a la comuna local.
En Sechura, Paita, y Morropón, no existen mayores diferencias. La población reclama, lo que sus autoridades locales tardan en lograr.
Sin embargo, durante este año, se han profundizado las inversiones nacionales en la región. La vía hacia Huancabamba, se viene mejorando y lo mismo sucede con las concesiones otorgadas en el gobierno nacional anterior. Existen avances que muestran un cambio ínfimo, pero cambio que incide en las condiciones actuales de los piuranos.
En la parte privada, las inversiones en la agro industria y los centros comerciales se extienden por las principales ciudades. En Piura, Sullana y Talara, las inversiones significativas, permiten un mayor dinamismo, y al mismo tiempo, concentración de la oferta y motivación para la demanda.
Durante estos cuatro años, no se ha visto una administración regional eficiente e innovadora; y al contrario su presidente se ha enredado en sus propios errores. Ciego a las críticas y envanecido por sus ayayeros, camina hacia una reelección, negando a todos esa posibilidad, cuando todas sus acciones caminan a ello. Para lavarse de sus errores y cuestionamientos, durante la última audiencia han repetido sus promesas que fue incapaz de cumplir en los tres años que culminan.
Igual, no se han visto modelos de gestión que sea digno de calificar como exitosos. De regulares a malos, los gobiernos locales se dedicaron a gastar lo poco que reciben y a reclamar por los recortes en las transferencias por canon petrolero.
El 2014, será otro año, pero aún no existen liderazgos que miren con seriedad y compromiso, el futuro de la región Piura.