No existen medidas de mitigación y señalización para tránsito vehicular
ERP/N.Sunción. "La ciudad de Sullana parece el Líbano" expresa con hilaridad un vecino sentado en el Óvalo Grau, al observar los trabajos que se viene realizando por la avenida José de Lama. Y en verdad, si se realiza un recorrido por diferentes puntos, la conclusión no difiere de la apreciación mencionada. Sullana, se encuentra destruida y en lugar de planificar acciones concretas para darle un mejor orden, se empecinan por agravar más la problemática.
Se inician las clases en los colegios públicos y lo que hoy es un desastre, se convertirá en un infierno, manifiesta con enojo una ama de casa que reside en la segunda cuadra de la calle Piérola. Tiene razón, cerca de su vivienda funciona el colegio José Cardo; Colegio San Juan y por la misma vía pasan hacia el Colegio Carlos Augusto Salaverry. Nadie contempla los daños colaterales y la Municipalidad no entiende qué es lo que debe hacer.
El equipo gráfico del Diario El Regional, realizó una visita por las calles céntricas y lo que se ve es caos, desorden, aglomeración de vehículos, transeúntes descontentos y dispuestos a criticar a sus autoridades municipales. Uno de ellos, en la intersección de Tarapacá y Grau, precisó que la obra de mejoramiento del alcantarillado de la avenida José de Lama era innecesaria y que existen urgencias mayores.
La opinión no fue diferente en transversal Tarapacá y calle Sucre, en cuya esquina se ubican los trimóviles que proliferan en esta ciudad. "Tome fotos de la ceguera del alcalde" susurra un anciano que pasa la vía entre miedoso y urgido. La indiferente mirada del personal municipal, permite el estacionamiento vehicular y con ello, el mayor riesgo de accidentes.
Si Sullana, ya es un caos en épocas normales, el agravamiento es mayor cuando se ha cerrado el tránsito en la avenida José de Lama. Autoridades juiciosas llevarían a adoptar medidas de emergencia y una simple sería "permitir que el tránsito menor se extienda por toda la Tarapacá y por toda la San Martín, esto evitaría un cuello de botella" sostiene el señor Juan Castillo Montoya; quien además considera que es una medida necesaria y urgente.
Lo que se observa en estos momentos es que no existe un plan alterno para el tránsito, en horas punta las unidades vehiculares usan vías de sentido contrario, causando un mayor atoro. La calle Piérola tiene sentido de sur a norte, pero eso no es respetado y para mayor problema, la Policía solo se limita a mirar desde la zona de la Casona. En el mismo lugar, los vehículos de servicio público se detienen, ante el sonar intenso de los cláxones de los vehículos.
El mismo problema es palpado en la Calle Juan José Farfán y en otras avenidas, donde no existe señal alguna por donde debe ir de emergencia el tránsito. Un observador morador residente en la Av. José de Lama nos precisa, que anteriormente se contrataron a varias personas para que indiquen la continuidad del tránsito. "Fue flor de un día, hoy solo se observan obreros en las zanjas" indica.
El caos vehicular, no es nuevo en la ciudad; con el rompimiento de la vía se ha agravado y es mucho peor. Lo peor, es que las autoridades municipales no entiendan las acciones que deben realizar. El inicio de clases agregará más caos a la ciudad y pondrá en peligro la vida de los niños y niñas que concurrirán a sus colegios.
Consultado una autoridad municipal oficialista precisa con desánimo "No me hacen caso, y si quiero poner orden quedo en ridículo". Se refiere al flujo de las decisiones que siguen en la Municipalidad Provincial de Sullana.
En el recorrido realizado varios vecinos pidieron que la ceguera municipal de paso a una mayor claridad, que se entienda que se deben adoptar decisiones de emergencia, como restituir las personas encargadas de señalar las rutas alternas a la José de Lama; coordinar con la Policía para que se usen las vías en el sentido de flujo que tienen; levantar la prohibición de ingreso a la avenida San Martín y parte de Transversal Tarapacá; que el personal municipal esté atento para evitar estacionamientos prolongados de vehículos; es decir, algo que si se puede hacer.
Más allá de lo circunstancial, todo planificador debe antelarse a los problemas y adoptar las medidas de mitigación. En este caso las autoridades municipales son tan cortos de "vista" que no ven el caos y el desorden en el cual se encuentra sumida esta boyante ciudad del norte peruano.