ERP. La zona del Puente Internacional en el distrito de Suyo, provincia de Ayabaca es parte de la frontera entre Perú y Ecuador, debido a la pandemia enfrenta los embates de la misma, con una desolada realidad. El pase se encuentra restringido y la pequeña economía local, se ha reconvertido en puertas cerradas de los negocios; los únicos que de alguna manera se mantienen abiertos son los grifos informales que venden combustible.
El Guineo, zona de control aduanero mantiene sus turnos como si fueran días normales, con la sola diferencia que los agentes tienen más tiempo para conversar o para hablar por teléfono móvil. Identifican los vehículos y su origen y solo se limitan a abrir los conos que constituyen las barreras para detener el tránsito.
Avanzando hacia el Puente Internacional, unos pequeños negocios mantienen sus letreros, promocionan sus productos, pero la fluencia peatonal y vehicular es bajísima. Es lo que se observa en el cruce hacia la ciudad de Paimas, Montero u Ayabaca. En tiempos normales, el dinamismo es diferente, nos indica un conductor que espera que algún residente de las zonas altas, lo contrate para la movilidad.
En la ciudad de Suyo, de alguna manera se tiene un mayor dinamismo social y económico en el marco de la pandemia. Algunos negocios, sobre todo de productos de primera necesidad se encuentran prestos para atender la demanda local. “Todo hace indicar que existe menos oro que antes, la actividad minera ha disminuido y los riesgos entre grupos son menores” nos comenta una señora que reside en el lugar.
Aprovechamos para recorrer el lugar, observar la vida cotidiana del distrito que cada cierto tiempo sorprendía por los niveles de violencia, consecuencia de la actividad minera. Muchos intentan que todo sea normal; sin embargo, la pandemia los ha agobiado y en muchos casos, las ventas solo les permite “Ganar para la alimentación diaria” son los comentarios de uno de ellos.
“Hacemos cualquier servicio al Ecuador” indica en Suyo un conductor de automóvil “No se puede pasar en la formalidad, pero pueden hacerlo en balsa cruzando el río Macará, si eres ‘chutera’ la cosa se facilita” acota el hombre del volante que quisiera encontrar, aunque sea unas cuantas carreras para infringir las normas existentes tras la pandemia.
Enrumbamos hacia el Puente Internacional, frontera con Ecuador, pasando por Cachaquito y observando los letreros en la vía sobre los nombres de los puentes y los centros poblados del distrito de Suyo. Allí, en el lugar donde cotidianamente pasan de un lugar a otro, peruanos y ecuatorianos todo está desolado.
La Policía Nacional del Perú y personal de Aduanas no tienen demasiado trabajo, se puede avanzar hasta el Puente y te permiten con facilidad, pero en zona ecuatoriana diversos obstáculos indican que la frontera se encuentra cerrada. No existe, pese a la hora, ninguna persona transitando y solo los efectivos del orden, asoman de vez en cuando sus miradas hacia la vía Internacional.
Por el momento, en la zona del Puente Internacional y sobre todo, la relación entre Suyo y Macará se hace como en los viejos tiempos, informal. “Cuando tengo necesidad de adquirir mi medicina, prefiero enviar a alguien para que la adquiera en Macará, en Perú, me resulta mucho más simple y cómodo que enviar a alguien a Sullana, aunque han subido algo por la subida del dólar, al menos me solucionan el problema” nos indica una dama que por su edad está obligada a seguir las indicaciones del médico.
Lo que no faltan en estos pueblos, son los lugares de venta de licores y de combustible procedente del Ecuador. “Pese a la subida del dólar, es preferible y más funcional adquirir gasolina en el vecino país que hacerlo en el Perú” comenta un desapercibido vendedor de este producto.
Lo cierto que la frontera entre Perú y Ecuador, siempre será un lugar de intercambio económico y social, que se han visto afectado por la pandemia. Estas dos actividades y otras, se han visto afectadas en todo el país; pero sin duda, es mucho más sensible en localidades que viven y dependen de sus bienes y servicios complementarios. Es posible una tercera ola y está en todos y todos, prevenirla.