ERP. Todos y todas, tienen en su memoria el recuerdo imperecedero de un maestro, de quien recibieron no solo los conocimientos de las ciencias y las artes; sino enseñanzas y valores de vida que forjaron su porvenir.
La UNESCO, propuso la celebración del Día del Maestro de manera unificada; más no fue posible y los íconos más importantes de la educación en cada país, han permitido que difieran. En el caso peruano, se escogió la fecha del 6 de julio como el Día del Maestro debido a que el Libertador José de San Martín fundó la primera Escuela Normal de Varones (Hoy Universidad Enrique Guzmán y Valle) el 6 de julio de 1822.
Maestro se considera a Cristo, por haber legado enseñanzas y aprendizajes para la práctica de los seres humanos. En la historia peruana se reconoce como maestros a destacadas personalidades como José Carlos Mariátegui, José María Arguedas, José Antonio Encinas Franco, Germán Caro Ríos, Carlos Cueto Fernandini, Horacio Cevallos, Emilio Barrantes o Augusto Salazar Bondy; sin embargo, miles de maestros anónimos cumplen igual labor en el territorio nacional.
En Piura, el legado de un buen Maestro, va por todos los recónditos lugares. Recordamos a don Néstor S. Martos, a don José Estrada Morales, a don Andrés Cardó Franco, a doña Luz María Gallo Torres y otros que ya no están con nosotros.
La educación peruana, se fue modificando a través de los tiempos hasta llegar a la educación obligatoria. Más alá de la legislación, existe en toda persona, el convencimiento que es la herramienta más efectiva para mejoras en las condiciones de vida; en ella, se hace evidente, la labor del maestro o maestra.
El maestro, complementa la formación de niños, niñas y adolescentes. En acepción metafórica se convierten en “padres” para transmitir enseñanzas y conocimientos por materia. En escuelas rurales o urbano marginales, su labor es más encomiable, al convertirse en el ícono del Estado, en territorios muchas veces inaccesibles y obviadas por las políticas públicas.
Existen políticas educativas, que se vienen aplicando en el último lustro y merced a ellas, se viene creando mejores condiciones para el Maestro. No solo se trata de las mejoras salariales, sino de más capacidades y competencias y además, reconocimientos por su innovación y creatividad. Se busca, hacer más visible al Maestro, para la sociedad en su conjunto.
En épocas diferentes a las tradicionales, y con la existencia de nuevas tecnologías, la labor del Maestro se complejiza. Se requiere sin duda, nuevas competencias para llegar con mayor efectividad a las personas que forma; se requieren nuevas estrategias para entender las nuevas conductas influencias por lo global.
En este Día del Maestro, reconocemos a todos aquellos maestros, que con sus enseñanzas no permitieron construir valores y capacidades, que se expresan en la práctica de vida y en la convivencia social. ¡Feliz Día del Maestro!
Fotografía: FEDEP