ERP. Perú, conmemora 201 años de independencia y recibe esta fecha, como si el tiempo no hubiera transcurrido. La crisis sanitaria nos demostró lo que somos, la crisis política igualmente explica de la manera más perversa, la negativa a construir una patria que se engrandezca con objetivos comunes como mejores logros en educación, salud y lucha frontal contra la corrupción estatal.
Somos un país republicano y unitario, dice la Constitución, pero eso es literalidad y expectativas, porque el país, difiere en niveles de desarrollo. Una cosa es Lima, pero es diferente referirse a las poblaciones de la sierra y de la selva, donde se encuentran estadios de desarrollo incluso del siglo XVIII.
Existe un mensaje común y es aquel que vivimos en el mejor de los países, cuando se sabe que no es verdad. Somos un Perú centralizado, que se impone hegemónicamente a lo provinciano. Aún en cada región, las urbes más desarrolladas difieren de las zonas rurales. En realidad, no se ha podido extender los beneficios a todos por igual y las brechas son en diversos aspectos.
En lo político, la democracia es una etiqueta, que funciona con muchas distorsiones y donde se imponen caudillismos y propietarios. Los partidos políticos son caretas y con propietarios que hacen y deshacen de ellos. Por lo tanto, lo que realizan es consecuencia de sus propios intereses y no del bien común.
Este aniversario, nos encuentra en una dicotomía o prevalece la democracia o en nombre de ella, se dispone la vacancia de un presidente que fue elegido por la mayoría de peruanos. La tenaz lucha en su contra ha creado una convicción que debería irse, que solo su salida mejorará la situación del país, cuando en realidad, los asuntos del país, son mucho más complejos que un Poder del Estado.
Tanto como sucedió cuando asumió el mandato Pedro Castillo Terrones, el futuro se convierte en indeterminado, no se tiene la certeza si continuará en el cargo o dejará de serlo. Las fuerzas del Congreso de la República tienen diversas alternativas y desean con toda convicción que se vaya el mandatario, pero pretenden seguir ellos. No existe acuerdo para salir de lo que denominan crisis.
Políticos que fungieron de demócratas, se sumaron hace un año en toda una rabieta colectiva, para oponerse a un hecho cierto y enturbiaron un proceso que fue limpio y transparente; esa misma actitud la mantuvieron en todo el año transcurrido y sin duda, la única agenda para este grupo ha sido, es y será la vacancia presidencial.
El Perú avanza en una inercia realmente increíble. Las instituciones se gestionan de acuerdo a intereses particulares, la educación en función a expectativas de mejor provecho económico, los recursos naturales se siguen explotando gozando solo de los ingresos temporales, sin prever que mañana o pasado serán un pasivo ambiental.
Por lo tanto, al cumplir los 201 años de era republicana, no existen muchas expectativas para el corto plazo porque somos lo que la sociedad es y en tanto haya un nivel de educación dispar, la inequidad económica prevalezca y existen tantas brechas que generan diferencias y tan pocas voluntades debidamente formadas dispuestas a emprender la construcción de un país diferente y desarrollado.
Contra el pesimismo que afecta a millones de peruanos, no se pierde la esperanza que en algún momento de la historia, haya una población mejor formada y líderes socialmente comprometidos. Solo queda esperar que sea pronto.