ERP. El Perú, es un país con una débil democracia y con poderes ocultos que trabajan para ordenarlo a su favor. Pedro Castillo Terrones, ganó la elección democráticamente y por lo tanto, debería gobernar durante 5 años; sin embargo, algunos políticos quisieron vacarlo por incapacidad moral permanente y otros, le piden que renuncie al cargo porque creen que no tiene capacidad para gobernar.
Castillo Terrones, ha sido sometido a la oposición más dura que se conoce, su contendora se enfrascó en una denuncia de fraude que no prosperó, políticos de derecha se sumaron en la misma mentira, medios de comunicación aliados al fujimorismo, promovieron y promueven una campaña de desprestigio contra el mandatario. No existe día que no afecten su gestión ya sea descalificando las acciones de gobierno o denigrándolo en lo personal.
Castillo Terrones, es un profesor formado por el Estado peruano en la serranía cajamarquina. Es un personaje con limitadas capacidades, con un lenguaje alejado de la estructura gramatical del español, además de ello, se evidencia sus pocas lecturas y por lo tanto, su bagaje cultural insuficiente para ejercer un cargo de alta responsabilidad como es la presidencia de la República.
Pese a todo ello, tiene un buen manejo de la plaza pública y es su mejor ventaja comparativa. Supo cosechar el descontento nacional y sumarlo a su favor, para llegar primero en una contienda atípica y con una candidata que se descalifica por si misma. El Perú que tiene memoria, le negó por tercera vez la posibilidad de ser elegida y escogió entre los dos, al menos malo, no optó por el mejor.
Para el peruano promedio y sobre todo limeño, tiene serias limitaciones para gobernar y para los políticos de derecha, debería irse, por lo tanto, para hacer válida la expectativa, todos los presuntos actos de corrupción han sido magnificados, considerándolo como parte de una organización criminal. Hasta el momento no existe prueba alguna que demuestre haber sido receptor de dineros ilícitos.
Castillo se mantiene en el cargo, en parte por la oposición férrea en su contra, por los actores que presionan para que se vayan, conocidos por su aviesa conducta y por actos que realizan en el Congreso, como elegir a miembros del Tribunal Constitucional que no garantiza independencia; blindaje de Chávarry, Gálvez, Alarcón, y últimamente a Manuel Merino de Lama. A todo ello se suma el intento de modificar la Constitución a antojo y medida.
La última encuentra de Ipsos considera que el 62% de peruanos cree que el presidente debería renunciar, y 36% que debería continuar hasta concluir su mandato en el 2026. Al margen de dicha apreciación que se mantiene inamovible, el Perú debe fortalecer su sistema democrático, estableciendo de ser el caso, modificaciones consensuadas para perfeccionarla.
Le disguste a parte de los peruanos, el período de gobierno de Pedro Castillo culmina el 28 de julio del 2026 y ese mandato constitucional tiene que respetarse. Hacerlo, simplemente es fortalecer la democracia peruana.