ERP. El presidente de la República anunció el retorno a medidas restrictivas con la finalidad de evitar contagios de la Covid-19. Las estadísticas son claras y dicen mucho respecto a la sala situacional y en definitiva, la enfermedad se encuentra presente, los hospitales siguen siendo demandados por pacientes con esta patología y lo más triste, los cementerios siguen siendo el repositorio final de quienes se van.
Una médica de un hospital de la región habla con conocimiento de causa y sabe que esta ola, es consecuencia de las reuniones de Navidad y Año Nuevo y el abandono de las medidas de prevención en las visitas familiares y sociales que se hacen. No existe mucha responsabilidad y se flexibilizaron los cuidados y el resultado, es nuevos casos de contagios en sus diversos tipos, leve, moderado o grave.
Y lo grave, es que aquellos pacientes “graves” muchas veces requieren una cama de Unidad de Cuidados Intensivos y para el sufrimiento, en el caso de Piura, para sus cerca de 2 millones de habitantes las existentes son insuficientes. Entonces presentado el caso, las familias tienen que pasar todo un vía crucis para resolver un problema que se pudo evitar.
La región Piura vivió momentos terribles, debido a la alta tasa de letalidad, se activó la participación de algunas instituciones que permitieron soluciones y otras como las parroquias que le pusieron el lado humano para ayudar a los establecimientos de salud. Lo cierto, que el déficit de camas, recursos humanos, equipamiento e infraestructura no es de ahora, data de muchos años y lo visto, solo fue la evidencia de algo existente.
Conociendo la realidad, alertados de la probabilidad de una segunda ola como ya se ha visto en otros países, solo queda repetir lo de siempre, cuidarse ahora, cuidarse mañana y siempre, al menos hasta que la vacuna esté en su cuerpo. En tanto esto no suceda, la mascarilla facial seguirá siendo la fiel acompañante y una de las mejores protecciones, tanto como la distancia social y el uso del alcohol.
Tras los meses bastante críticos que vivimos, se logró superar algunos problemas, pero aun habiéndose encontrado soluciones son insuficientes; lo repitió este jueves la ministra de Salud y lo dijeron los ministros recientemente. No se trata de creer que si ya se tiene un isotanque es suficiente; un paciente con Covid-19 requiere un tratamiento integral y sobre todo ventilados mecánicos, oxígeno medicinal en flujo suficiente.
La población de la región Piura tiene serios problemas de infraestructura, equipamiento y recursos humanos; sin embargo, sobre el momento más caótico, triste y lamentable que se vivió salió adelante. Solo queda repetir, que el cuidado corresponde a todos y todas y no a las autoridades. Eso se llama responsabilidad y es lo que más se requiere como “vacuna” real para evitar contagios.