ERP. El Jurado Nacional de Elecciones, decidió separar a los candidatos a la presidencia de la República Julio Guzmán Cáceres de Todos por el Perú y César Acuña Peralta, el primero por no haber seguido los procedimientos de democracia interna y el segundo por haber entregado dinero en efectivo en la contienda electoral.
La resolución fue emitida por el Jurado Nacional de Elecciones en vía de apelaciuón y se resolvió con la prontitud del caso, considerando los cuestionamientos en su contra, por la dilación en saber con prontitud quienes serán los candidatos a la presidencia de la República, de manera definitiva. La resolución fue 3 votos contra 2 en el caso de Guzmán y por unanimidad en el caso de César Acuña Peralta.
[Ver resolucion Acuña Peralta] [Ver resolución Guzmán]
Julio Guzmán Cáceres había declarado una intención de fraude y evidentemente no es así. Si bien es cierto que las instituciones electorales tienen deficiencias y existen hechos concretos de corrupción, en lo que respecta a la voluntad popular no existe denuncia alguna que se haya trastocado o modificado lo que la población votó.
Frente a lo resuelto en primera instancia, Julio Guzmán pasó de su alegría momentánea al declarar en trámite su inscripción una semana antes, a la crispación tras lo resuelto con los recursos de tacha presentados en su contra. Tras la admisión a trámite creía en los entes electorales y después de ella, cree que existen muchos intereses en juego. El Jurado Nacional de Elecciones, al final le respondió que deben respetar lo que resuelva el ente electoral.
Julio Guzmán Cáceres tiene una historia de vida interesante y profesionalmente ha logrado realizaciones que lo pueden hacer sentir orgulloso. Ha pretendido ingresar a la política y sus yerros demuestran que no tiene aún la pericia, para desenvolverse en un ambiente cargado de contradicciones y en el antagonismo propio de estas lides.
Los errores o problemas que lo dejaron fuera, son sus propios yerros. No es la culpa de ningún adversario político, sino de él mismo y su organización que no supieron adoptar las acciones correctas para sus decisiones políticas. Echarle la culpa al otro u otros, de sus propios errores, es el común entre todas las personas que no tienen la sensatez para reconocer lo que hacen.
En una contienda electoral juegan las estrategias de cada agrupación, y el aprovechar de los errores del contrario para afectarlo, es una cosa común. Parece que Guzmán, se olvidó de este detalle y se dejó llevar por el entusiasmo, no se preocupó por las cosas formales de su propia organización y ha terminado envuelto en una situación que lo deja fuera de carrera en un caso nunca antes presentado en la política peruana.
Respecto a su argumento, que el asunto de su potencial tacha, conviene a grupos de interés y a la corrupción, es una frase ligera de Julio Guzmán, considerando que entre las propuestas del grupo no existía nada que lo diferencie a lo que proponen Keiko, Alan, Toledo y el mismo Acuña, es decir Julio Guzmán, era más de lo mismo en lo económico y en lo político.
[Ver resolucion Acuña Peralta] [Ver resolución Guzmán]
Su actuación después de la resolución del Jurado Electoral Especial de Lima, demuestra a un candidato poco maduro, cambiante, emotivo y desacertado en sus declaraciones. Alarmado por la posibilidad de su retiro y echándole la culpa a un tercero, desconociendo su propia responsabilidad.
Está demás decir, que las grandes reformas políticas que requiere el país, aún no tienen una propuesta que se pronuncie sobre los cambios a realizar. Es decir, partidos políticos más sostenibles, con elecciones primarias para elegir sus representantes en un marco de alternancia y oportunidades para todos, y con propuestas claras y coherentes que democraticen su funcionamiento.
En un país solo de formas, lo que enfrentó Julio Guzmán Cáceres y también César Acuña Peralta, son temas comunes en las demás organizaciones; con la ligera ventaja que algunos de estos partidos políticos saben leer adecuadamente lo que dicen sus estatutos y actúan en función a ellos. Si Guzmán se equivocó, y eso es verdad, solo le queda aceptar lo resuelto por el Jurado Nacional de Elecciones y no hablar de fraude, porque no lo hay.
Respecto al ex candidato César Acuña Peralta, los argumentos sobran para la descalificación y si bien es cierto, se aprovechó el hecho de la entrega de dinero a favor de votantes; sin embargo, el asunto de plagio que llevó a una decisión del Tribunal de Ética, que lo descalifica como potencial mandatario.
Las resoluciones del Jurado Nacional de Elecciones, son irrevisables en cualquier instancia judicial. Eso no implica que presenten recurso de reconsideración al mismo JNE pero su consecuente es fácil de deducir; igualmente, pueden ir a la vía constitucional, sin embargo, el procedimiento sería incapaz de restituir los presuntos derechos conculcados por parte de los afectados.