ERP. Las intensas lluvias del 2023 evidenciaron en Piura y Tumbes una realidad que es conocida, las ciudades de la costa de Piura y Tumbes, no se encuentran preparadas para soportar la mínima lluvia; pero al mismo tiempo ratificó la dejadez y falta de responsabilidad de autoridades, para ejecutar, después del evento climático, obras que sean necesarias para no afectar la vida citadina.
Unas pequeñas lluvias en este verano, desvistió las tan promocionadas, pero inservibles, obras de prevención. Lo cierto que nuevamente las zonas bajas se convirtieron en lagunas, la escorrentía urbana destruyó parte de lo hecho, en tanto que los ríos que se nutren de las lluvias de la sierra, comenzaron a activar ríos y quebradas y por ende causar los mismos males de siempre.
Fue Talara, la primera ciudad en ratificar los mismos errores, en el conocido Dren Petroperú, el agua se almacenó formando una extensa laguna, esto fue hace unas semanas, el lugar ha sido focalizado desde otros eventos climáticos similares; pasó el tiempo y el problema subsiste, si llueve el desarrollo de las actividades se afecta y constituye una barrera para pasar de un lugar a otro.
Luego en los últimos días, lluvias moderadas en la ciudad de Piura, dejó al descubierto la inutilidad de las inversiones realizadas, por un lado, los tan promocionados SARE o sistemas Alternativos de Recolección y Evacuación de aguas pluviales, simplemente no sirven, alguien debería gritarles en la cara a estos funcionarios que realizan obras o inversiones sin ninguna utilidad.
Cinco Esquinas, el Chilcal, Ignacio Merino, calles de Piura y Veintiséis de Octubre, además de otros lugares de Piura y Castilla, recibieron los mismos impactos y generaron los mismos males de eventos anteriores. En este laberinto, el Ministerio de Vivienda, vía comunicado público echa la culpa al gobierno local, en tanto que el gobierno local se defiende, en una alternancia de competencias increíbles.
Los niveles de gobierno se disputan los recursos presupuestales y se dividen funciones; pero en evaluación general, se confrontan entre si sus propias ineficiencias. No existe unidad de mando y cada quien se disputa su pedacito de poder. Un solo ejemplo, la avenida Vice se hizo en la época de Javier Atkins y su desarrollo ingenieril puede ser visto, lo mismo pudo ampliarse a Ignacio Merino y llevan tanques subterráneos de almacenamiento hasta Los Algarrobos, pero han preferido colocar un sistema además de feo, inútil. En el Chilcal es otro caso.
Las lluvias en la cuenca, han activado ríos y quebradas y la población rural, se ve nuevamente afectada porque no tienen puentes que les permitan ir de un lado a otro, la población urgida arriesga su vida, pasando en las peores condiciones. Se ha escuchado decir tanto, que resulta increíble ver la situación actual. Debemos decirlo una vez más, los badenes en ríos y quebradas no sirven para nada.
La situación es crítica en diferentes lugares en el norte del país, además de Piura, Sullana, Talara, Paita, Chulucanas, Tambogrande y otros que con pequeñas lluvias, son ciudades que ven discurrir con las aguas, la incapacidad e irresponsabilidad de funcionarios que no entienden la realidad de lo que ocasiona la lluvia, y se regresa cada cierto tiempo el estado de queja ciudadana. Algún día cambiará. .