ERP. Como siempre y aprovechando el crítico momento enfrentado por el Ecuador, se ha dicho que podría suceder lo mismo en el Perú. No es que podría suceder, en este país existen territorios que se encuentran liberados y donde la autoridad no le corresponde al Estado, sino a los grupos dominantes que generalmente se encuentran asociados al narcotráfico, minería ilegal, contrabando y otros hechos que inciden en el crecimiento de la delincuencia.
Por Andrés Vera Córdova
Periodista
En el caso del Ecuador, un país admirable en su cultura y sobre todo en su gran diversidad, durante los últimos lustros, ciertos territorios han sido captados por el narcotráfico y todos los males que acarrea. Generalmente se expresa por el imperio de las bandas que someten a una sociedad civil, que en muchos casos se transversaliza para ser parte de la cadena.
En viaje realizado hacia el Ecuador, tuve la oportunidad de mirar de más de cerca la campaña electoral y los altos niveles de violencia. Después de retornar al Perú, nos sorprendió el asesinato de un candidato presidencial, claro mensaje de los delincuentes para atemorizar a una población respetuosa de las leyes y su Constitución.
Igualmente, nuestro guía tuvo la gentileza de señalarnos algunos territorios “peligrosos” y otros que son más seguros. En realidad, tal como sucede en el Perú, existen zonas más expuestas a promover la actividad delictiva que otros; sin embargo, allí donde es el centro de las actividades que inciden en generar el crecimiento del hampa, se expresa con violencia e incluso con muertes.
Perú no es un ejemplo de país, ha dejado de serlo en los últimos lustros, primero por el nivel de conflictividad política y por la ilegitimidad de sus autoridades. Dina Boluarte Zegarra, actual presidenta asumió en el cargo después que Pedro Castillo Terrones intentara dar un golpe de Estado, la población la rechaza por lo que hizo y le exigen a viva voz que convoque a elecciones generales. Ella prefiere mantenerse en el cargo.
Sin embargo, es necesario mencionar casos donde impera el hampa. El VRAEM como se le conoce a la zona del Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, es una zona donde imperan las actividades ilícitas y pese a las diversas estrategias para cambiar las condiciones, el resultado es nulo y sigue siendo más de lo mismo. Recordemos que Perú es uno de los principales productores de coca.
Resistirse en el VRAEM y ser respetuoso de la legalidad tiene sus riesgos que se pueden pagar hasta con la vida. Atentados constantes a civiles y también a personal de las Fuerzas Policiales y Militares, es clara muestra de lo que se conoce y sobre todo saben quienes están en el Ejecutivo y Legislativo, pero que tienen una mirada desde la capital de la República.
Ninguna actividad económica puede competir con el narcotráfico y evidentemente, existirán muchos “burros” que alquilar su mano de obra para ganar lo que no podrían hacerlo en la agricultura formal u otras formas. Los gobiernos siguen ofreciendo pacificar el VRAEM, será para cuando los tataranietos vengan a este mundo.
Pero si el narcotráfico ha sentado su imperio en la tupida selva peruana, la minería informal e ilegal se le parece por los niveles de violencia que se manifiestan. Son varios crímenes causados por disputas donde prevalece la Ley del más fuerte y sobre todo de los más osados. Más poder se logra con asesinatos, tanto como en la extorsión y sicariato que impera en las obras públicas. Además de ello, se han presentado hechos inhumanos en Arequipa y recientemente en el mes de diciembre en la región La Libertad.
La situación de los líderes ambientales es una muestra del abandono del Estado. Cada cierto tiempo un medio de comunicación alternativo nos da cuenta del asesinato de defensores ambientales. El Perú formal calla, el dolor de familias que son afectadas por esta violencia virulenta.
Respecto a la minería informal e ilegal, existe normativa que no se cumple y también instancias que promueven la resolución de conflictos. Con ellas o sin ellas, los conflictos se resuelven eliminado al otro. ¿Dónde están las Fuerzas Policiales y las Fuerzas Armadas? Haciendo lo imposible para vivir en estas circunstancias y para ello, muchas veces debe soslayar ilícitos conocidos.
Las Fuerzas Policiales y las Fuerzas Armadas, son corajudas y valientes con los ciudadanos y ciudadanas respetuosas de las normas, con las otras, aquellas que no tienen contemplación en descerrajar un tiro, o soslayan o se infestan. Son los males que existen y que se normalizan con contenidos de medios de comunicación que desde Lima informan y opinan sin saber ni siquiera como es un socavón de una mina informal y sobre todo como defienden esos espacios los explotadores de esos recursos.
Por lo tanto, no nos santifiquemos de lo sucedido en Ecuador y tampoco digamos que Perú se encuentra expuesto, ya tiene altísimos niveles de peligrosidad y lo único que no ha sucedido con estos delincuentes, es desafiar al Estado de derecho y tomar medios de comunicación o cometer delitos grupales en las calles como hemos visto en el tranquilo Ecuador, que vive un gran vía crucis y que esperamos sea resuelto con imperio de la Ley y de la Constitución.
Claro, una cosa es tener actos criminales en Puno o en cualquier rincón de la Patria del Perú profundo, que en Lima. Los del Perú profundo no existe para el Perú oficial y central; los otros, si se pueden obviar se hacen y en esa actitud, no solo son los políticos los que creen que están en "Calma y en paz" sino también aliados que operan desde los medios de comunicación, como la televisión y la radio.