ERP. Nuevamente las lluvias se han convertido en el primer plano de interés por parte de los actores sociales. Lluvias intensas en la sierra, pequeñas o torrenciales en la costa piurana, copiosas en ciertos lugares donde se ubican las estaciones meteorológicas, han reactualizado los problemas de siempre y que pese a todo lo sucedido, se siguen manteniendo las mismas condiciones.
Por: Andrés Vera Córdova
Periodista
Tal y conforme lo hemos reiterado desde hace años, el Fenómeno El Niño, es un evento cíclico que se presenta en la zona norte del país, con intensas lluvias, las quebradas se activan, se incrementa el caudal de los ríos, crea empozamientos en las zonas bajas, inunda viviendas ubicadas en zonas vulnerables, el tránsito vehicular y peatonal se interrumpe, además de las enormes pérdidas que ocasionan.
En el presente portal hemos realizado un análisis de las diferencias de lo sucedido en los “Niños” de 1983, 1998 y 2017. Además, existe mucha literatura hablando sobre lo mismo y sobre todo la necesidad de incorporar en todos los proyectos, tanto públicos como privados, el enfoque de riesgo, que prevea lo que podría presentarse y por lo tanto evitar o mitigar el efecto destructivo.
Durante las lluvias de este año, nuevamente se han repetido problemas que son recurrentes, primero las precipitaciones han creado empozamientos, algunas viviendas se han afectado, varios caminos se han destruido por el efecto del lodo y agua, algunas quebradas como la de Serrán o de San Francisco, se han activado y por ende, convirtiéndose en una barrera para el paso de las personas de un lugar a otro.
Estos problemas se conocen, pero quienes planifican y ejecutan los proyectos de inversión les interesa casi nada resolver este tipo de situaciones.
Los impactos negativos no tienen límites, afecta a unos y otros, la destrucción del bien público o de los bienes privados son por igual. Pero igualmente, las acciones de prevención que debieron ejecutarse como parte de la obligación de vivir en seguridad, tras un evento y muchas veces catástrofes, como sucedió en el 2017, son olvidados e incluso repitiéndose los mismos errores.
Hemos pasado por el nuevo local de la Corte Superior de Justicia de Sullana y tras una torrencial lluvia quedó totalmente anegada en los exteriores. Era fácil darse cuenta que el terreno tenía demasiados desniveles que ocasionarían empozamientos; sin embargo, pese a todas las evidencias se construyó una enorme infraestructura cuyo funcionamiento, se encuentra condicionado a si llueve o no.
Igualmente, una pequeña lluvia en Piura, de inmediato evidenció las deficiencias en los procesos constructivos y el caso más palpable es la avenida José Aguilar Santisteban, la misma que no incorporó la previsión para evitar que quede totalmente anegada en casos de lluvias. Alegría en el proceso constructivo, en la inauguración, pero indiferencia cuando suceden este tipo de eventos.
La Autoridad para la Reconstrucción con Cambios, fue una instancia específica para reconstruir el país afectado por las lluvias del 2017. Podríamos decir que lo único que se ha realizado es devolver la situación a su estado anterior; sin embargo, el tan promocionado cambio no se observa por ningún lugar. Bastaría observar las vías adyacentes a la avenida Vice, para darse cuenta que no aprendieron nada de la experiencia.
Menciono la avenida Vice, para resaltar una obra que se ejecutó en la gestión de Javier Atkins Lerggios, para mí quizá una obra que debería mirarse con mayor interés y replicarla en otros lugares. Entendemos que el estudio de drenaje de la ciudad de Piura se ha realizado, pero igual sabemos que no se ha considerado la evacuación de viviendas por estar en un lugar donde la solución es mayor que reubicarlos.
Es necesario repetir por enésima vez, que en las regiones de Piura, Tumbes y Lambayeque e incluso La Libertad, de manera regular no soporta lluvias, pero debe tenerse en cuenta que cuando sucede, las precipitaciones son de densidades altas y que por lo tanto, debe preverse ahora antes que lamentar después. Es difícil por la cultura del pueblo peruano, pero nunca imposible.
Sabemos que la irresponsabilidad en lo público promueve y fomenta obras mal hechas, es el caso, por ejemplo, del Canal Vía de Sullana, el cual totalmente abandonado es ahora un repositorio de aguas servidas y residuos sólidos.
Finalmente reactualizamos una frase de siempre “La prevención se realiza en el día a día, con inversiones públicas realizadas incorporando el enfoque del riesgo y con el desarrollo de las familias, quienes deben construir sus viviendas, bajo el supuesto que de repente ahora no, pero en algún año, lloverá a raudales y las altas precipitaciones creará estragos muy dolorosos por los impactos negativos”.