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Las piuranidades de Carlos Arellano Agurto

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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miguel arturo seminario ojedaERP/M.Seminario. Se afirma que un pueblo se reconoce a si mismo a través de la historia, y que la identidad de sus habitantes es producto de una serie de elementos religiosos, geográficos, folclóricos, étnicos, musicales, literarios, y de otros aspectos que se conjugan en la realidad que los hombres van protagonizando en un proceso geo histórico cultural que los liga a una región.

Los piuranos han crecido entre el desierto y el mar, entre el bosque seco y las estribaciones andinas, al lado de los valles y de los ríos que en épocas de sequía se convierten en una bendición para ellos; y el tiempo, señor incansable, ha visto desfilar diferentes culturas locales, primero a los vicús, tallanes, huayacundos, incas; y después a los blancos, negros y asiáticos, de manera que es posible asegurar, que los diferentes grupos humanos que se asentaron en Piura son la causa de la complejidad racial de esta zona del país, que pese a todo, conserva unidad.

Piura es cuna de héroes, bastan los nombres de Grau y Montero para acreditarlo; de pintores, Merino, Montero y Cossío del Pomar, de políticos, Castro Pozo, Gustavo Mohme y Luciano Castillo; y es tierra de literatos como Carlos Augusto Salaverry, Juan Luis Velásquez, Miguel Gutiérrez, Lola Cruz de Acha, Elvira Castro de Quirós, Marco Martos y Houdini Guerrero.

Siempre ha existido entre los piuranos una gran conciencia de lo que son, y sin exagerar en un regionalismo irracional, valoran lo que tienen, porque se saben distintos a otros pueblos del país; las diferencias se expresan en el paisaje, en la gente, en las costumbres y en el modo de hablar. Esto ha dado lugar a trabajos diversos en todas las áreas, y en el campo literario no digamos menos.

Carlos Arellano Agurto en su libro PIURANIDADES, delata una profunda vinculación entre su autor y esa soleada tierra del norte. El creador de este trabajo Carlos Arellano Agurto, era un eterno amante del terreno de Grau y de Salaverry, quien pese a no vivir muchos años en Piura, demostró que su comarca y su gente se quedaron entre sus retinas y neuronas, almacenadas como en una gran computadora que siempre se alimentaba de datos, hasta contar con un gran banco liberado en PIURANIDADES.

Carlos Arellano Agurto nació en Sullana, en medio de una sociedad tradicional y conservadora, que aún no se liberaba de los sueños del siglo anterior, porque tuvieron que pasar muchos años para que estos pueblos ya maduros aceptaran que vivían otro tiempo, el de una época de cambios cualitativos y cuantitativos reflejados en la pluricotidianidad de sus habitantes.

Se dice que las mujeres, más que los hombres conservan las costumbres en las sociedades rurales y también en las urbanas, y en efecto, por el sedentarismo forzoso, las mujeres han sido las principales protagonistas en preservar por largos años gran parte de ese tesoro que recogió don Carlos Arellano Agurto, para compartirlo después con todos los amantes del terruño, y con los que vuelvan sus ojos al Perú para entenderlo y aceptarlo como es, con sus variedades y diversidades de toda índole.

El libro mencionado presenta una relación y descripción de animales y comidas de la región, tanto de los oriundos como de los que se aclimataron en Piura por obra de los nuevos avecindados. Encontramos también las plantas y frutas típicas; licores y remedios caseros cuyos usos y nombres científicos y vulgares no excluyen la pluma y el espíritu jocoso de Carlos Arellano Agurto.

Capitulo aparte y comentario especial merecen las páginas que el autor clasifica como “Los dichos de don Lucho”, en las que nosotros aprendemos las enseñanzas de la universidad de la vida, y una profunda filosofía para encarar las cosas más difíciles.

No escapan en el libro las frases piuranas, refranes y vocabularios con que los demás peruanos identifican a los piuranos en cualquier parte del país; aquí el lector tendrá la ocasión de entender ampliamente el significado de la sabiduría popular labrada en estas tierras del despoblado.

En ese libro encontraremos también supersticiones y costumbres piuranas cuya descripción nos ahorra palabras; y la narración de un viaje a las Huaringas, que con las voces huancabambinas nos aproximan al mundo mágico del San Pedro y el curanderismo. En este libro no podía faltar el burro, el amigo de los hombres del campo, a quien Carlos Arellano Agurto dedica una apología en la que se manifiesta su gran sensibilidad y amor por todo lo que identifica a Piura.

Este libro equivale a rehacer la sociedad piurana de otro tiempo, es tanto como ver reflejado a ese mundo que casi ya no existe, esa sociedad destruida en parte por la televisión, y la globalización cultural; de manera que con ese trabajo don Carlos Arellano Agurto se insertó en esta legión de piuranistas creadores que piensan en su tierra, a la que da una lección de amor a través de su principal hazaña en la vida fuera de su hogar: la publicación de PIURANIDADES.

Poco después, Carlos Arellano Agurto publicó otro libro, “Huellas de Piura, tras el rastro de nuestra identidad”, trabajo con el que reforzó su presencia y se quedó para siempre como el investigador y literato cuya pasión por Piura fue una de las razones de su existencia hasta su fallecimiento, el 3 de diciembre del 2010

Miguel Arturo Seminario Ojeda/Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán

 

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