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Dom, Abr

Hacia el Bicentenario del Sacrificio de José Olaya

Miguel Arturo Seminario Ojeda
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ERP. La conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional, que ha generado una serie de miradas reflexivas sobre los sucesos de hace 200 años, sigue presentando nuevos descubrimientos sobre las vidas de los hombres y de las mujeres protagonistas de la lucha por el Perú independiente.

Por Miguel Arturo Seminario Ojeda

Director del Museo Electoral y de la Democracia de la DNEF del Jurado Nacional de Elecciones

José Silverio Olaya Balandra, nació en Chorrillos, a fines del siglo XVIII, en 1782, y murió fusilado en Lima, el 29 de junio de 1823, al descubrirse su apoyo en la lucha por la Independencia del Perú, en los días en que Lima había vuelto a caer en manos de los realistas, después de la proclamación de la independencia por el general San Martín, y antes de la llegada de Simón Bolívar al Perú.

Fue el segundo hijo de José Apolinario Olaya y de Melchora Balandra; el mártir heredó el oficio de pescador de su progenitor. La fecha de su nacimiento es en base a un cálculo, por la desaparición del libro de bautismos correspondiente, tras el incendio de Chorrillos por los chilenos.

Este mártir por la independencia nacional fue un pescador chorrillano que actuó como emisario secreto entre el gobierno independiente que se había instalado en el Real Felipe y los patriotas que estaban en Lima. Fue descubierto por los realistas, que lo apresaron el 27 de junio de 1823, y torturaron para que delate a los otros patriotas que tenían que ver con la correspondencia que transportaba, pero prefirió el sacrificio, y valientemente enfrentó a la muerte, el mismo día que se celebra la fiesta del patrono de los pescadores.

Uno de sus biógrafos, Luis Antonio Eguiguren, advierte, que cuando se trata de grandes personajes, de esos que valoraba la historia de otros tiempos, cuando se priorizaba a la costa sobre la sierra y la selva, al hombre sobre la mujer, a lo católico sobre otras religiones, y al heroísmo militar sobre el civil, poco se había dicho de Olaya por no pertenecer a un estamento social elevado.

Olaya comenzó sus actividades patrióticas desde que tomó contacto con Lord Cochrane, cuando este marino de desplazaba por la costa peruana promoviendo la insurrección contra los realistas, de acuerdo al plan de San Martín, Olaya visitó las naves de la escuadra ofreciendo llevar la correspondencia para los patriotas del Callao, y Lima.

La familia de José Olaya era humilde, pero eso no impidió que los sentimientos de patria se desarrollaran en su padre, quien falleció en 1822, dejando a sus hijos su amor por la tierra en la que nacieron, y sus destrezas en el oficio de pescador. José Olaya era un gran nadador, y en una balsa se desplazaba entre Chorrillos y la isla de San Lorenzo, para terminar en el Callao ofreciendo el pescado fresco.

recreacion Jose OlayaRecreación del interrogatorio a José Olaya (Fondo museográfico del JNE).

En la ocupación de Lima por las fuerzas de Rodil, en 1823, Antonio José de Sucre, que se encontraba en el Real Felipe necesitaba contactarse con los patriotas de Lima, y Olaya asumió esta empresa, llevando la correspondencia, mientras los realistas redoblaban la vigilancia. Sospecharon del pescador, y lo capturaron en Lima, sometiéndolo a tormento.

Olaya fue torturado previamente, antes de ser fusilado en el callejón de petateros que ahora lleva su nombre, recibió 200 golpes de palo y la misma cantidad de latigazos, por órdenes del realista Ramón Rodil, también le arrancaron las uñas, después de torturarlo en los pulgares, actos de crueldad que reflejan la desesperación de los realistas que sabían que el fin del gobierno español estaba cerca. Nada de eso hizo decaer el patriotismo de Olaya, no delató a nadie, ante los halagos y amenazas que enfrentó.

En 1861, Juana de Dios Manrique de Luna, declaró ante un juzgado, los pormenores del reparto de la correspondencia por José Olaya, y que entre los patriotas que no fueron delatados estaba ella, y Narciso Colina, hermano del capellán del virrey La Serna, quien enviaba mensajes claves que servían a los patriotas.

Olaya fue sepultado con la escarapela peruana, como fue su pedido. Tempranamente se reconoció su sacrificio, cuando el presidente José Bernardo de Tagle, expidió el Decreto Supremo del 3 de septiembre de 1823, honrando la memoria del mártir, disponiendo que cuando se mencionara su nombre, el ejército respondiera, ¡Presente en la mansión de los héroes! Se dispuso también, que todos los años, la Municipalidad de Chorrillos celebre el 29 de Junio, solemnes exequias por el alma de José Olaya, en la iglesia de su jurisdicción.

Posteriormente, el Ejército del Perú lo proclamó Patrono del Arma de Comunicaciones. Muchas calles, plazas e instituciones educativas llevan su nombre. No hay cusqueño que ignore el nombre de José Olaya.

Diario El Regional de Piura
 

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