ERP. La proximidad al Bicentenario de la Independencia Nacional, nos está acercando a una serie de personajes de esta gesta en cada región del país, y al mismo tiempo estamos conociendo a otros no nacidos en el Perú, que han contribuido y se quedaron para siempre en los registros de nuestra historia, aunque sus nombres no se han popularizado todavía.
Por Miguel Arturo Seminario Ojeda
Director del Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones
Una de las figuras de la independencia en el Perú, mientras estuvo el general San Martín, y en parte durante la gestión de Simón Bolívar, fue don Bernardo Monteagudo, nacido en el Virreinato del Río de la Plata, y muerto en Lima, el 28 de enero de 1825, en circunstancias poco claras, que han dado surgimiento a una serie de conjeturas, con respecto a su trágico deceso.
Quizá, don Bernardo José Monteagudo, nunca imaginó su temprana muerte, ya que estaba cargado de una impetuosa Juventud, cuando fue asesinado. Había nacido en San Miguel de Tucumán, el 20 de agosto de 1789, y se había graduado como abogado, llegando a destacar en el campo político, periodístico y militar, además de tener participación como uno de los revolucionarios argentinos, de tendencia independentista, en su país natal, luego en Chile, y después en el Perú.
Se le recuerda también, por su temprana participación, en la Revolución de Chuquisaca del 25 de mayo de 1809, en la que es tomado como uno de sus líderes, asegurándose que fue quien redactó la proclama. Este movimiento ocurrió exactamente un año antes de los sucesos del 25 de mayo de 1810, cuando en Cabildo Abierto, se depuso al virrey Baltazar Hidalgo de Cisneros.
Se vinculó desde entonces con los señalados como "jacobinos argentinos" de la famosa Revolución, o Movimiento de Mayo, entre ellos, con Juan José Castelli.
En 1811, concibió una idea de avanzada, al ser autor del primer proyecto de constitución del Cono Sur americano, es decir se asomaba en él, un proyecto de integración, quizá sobre la base de lo que fue el imperio de los incas; y al año siguiente reorganizó la Sociedad Patriótica, e ingresó a la Logia Lautaro, que era una logia en el procedimiento con el que se organizó, y cuyo objetivo era la independencia de la América española.
Su participación política en el Río de la Plata fue muy activa, Influyendo en el Segundo Triunvirato, conformado por Nicolás Rodríguez Peña, Antonio Álvarez Jonte, y Juan José Paso. Fue miembro de la Asamblea del Año XIII, y actuó durante el gobierno del Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, don Carlos María de Alvear.
Vino al Perú en tiempos del general San Martín, libertador del país, a quien acompañaba desde la campaña por la independencia de Chile, siendo auditor del Ejército de los Andes. Aunque se registra como el redactor del acta de independencia de Chile en 1818, los historiadores chilenos sostienen lo contrario.
En el Perú, fue Ministro de Guerra y Marina, como queda registrado en la documentación de los primeros años de la República y, posteriormente, también Ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores. Posteriormente, tras la salida de San Martín del Perú, colaboró con el libertador Simón Bolívar, influyendo en la propuesta que hizo Bolívar sobre la integración de los territorios que fueron colonias españolas.
En su fecunda vida, está ligado a las Ciencias de la Comunicación, al haber sido fundador y director de publicaciones de corte independentista, como la Gaceta de Buenos Aires, Mártir o Libre y El Grito del Sud, en Argentina; en Chile lo fue de El Censor de la Revolución en Chile, y su huella en el Perú la dejó en El Pacificador.
Monteagudo fue partidario del proyecto de monarquía constitucional democrática propuesto por el general San Martín, y lo difundió a través de la Sociedad Patriótica de Lima, fundada en 1822. Se buscaba que la anarquía no impere en el Perú, como se estaba protagonizando, en otros países ya independientes, vecinos al Perú, donde también se implantaría por 50 años, el militarismo contrario a la vida democrática, capturándose no pocas veces el poder, asociado al uso de las armas.
De acuerdo con San Martín, Monteagudo creó la Orden del Sol, se buscaba distinguir a los patriotas que a nivel nacional contribuyeron a alcanzar la independencia del Perú, sin embargo se levantaron cuestionamientos, que estaba orientada a premiar a los aristócratas. En 1825 se anuló la Orden del Sol, distinción que se restableció como Orden El sol del Perú, con motivo del centenario de la Proclamación de la Independencia, en 1921, siendo presidente don Augusto B. Leguía.
Por su vehemencia en las ideas monárquicas, y otras medidas, su plan cayó en la impopularidad, constituyéndose, por parte de sus contrarios, un bloque de oposición, que aceleró su caída, tras la salida de San Martín de territorio peruano, y constituyeron el eje de la oposición que finalmente provocó su caída al partir San Martín. Monteagudo fue desterrado a Panamá.
Regresó al Perú, y apoyó a Bolívar, influyendo en sus ideas de integración sudamericana, y al respecto escribió su obra: “Ensayo sobre la necesidad de una federación general entre los estados hispano-americanos y plan de su organización”, que no se llegó a publicar mientras vivió. Poco después murió asesinado en Lima, a la edad de treinta y cinco años, el 28 de enero de 1825.
Han pasado casi 200 años de su desaparición, y pese al tiempo transcurrido, su figura ha sido y sigue siendo objeto de controversia.