ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Cuando llegamos a vivir a la Lotización Santa Rosa en 1960, nos enfrentamos a la realidad de sobrevivir en un desierto donde la visión se perdía entre las arenas, que en forma de médanos y dunas, a veces de formas fantasmales, nos invitaban a caminar sobre la frescura de su superficie cuando amanecía, o a calentar la planta de los pies cuando el sol estaba en ascenso.
No había plantas alrededor de nuestra casa, solo a distancia veíamos los de la fábrica Coca Cola, que quien sabe cuántos años llevaban en esos lugares, pero estaban ahí, con una fuerza increíble, como diciendo a los nuevos habitantes, “ustedes también pueden vencer al desierto”.
Me gustaba el verdor del pasto, pero no teníamos agua a domicilio, se acarreaba desde la planta de la Coca Cola, y servía para los quehaceres básicos, mi padre había venido desde Talara, una ciudad con agua permanente en todos los domicilios, luz eléctrica, desagüe, y gas natural, y de pronto encontrarse con un mundo de aparente desolación, no sé qué le habrá parecido, si el hombre es un animal de costumbres, yo creo que él nunca se acostumbró a vivir así.
Mi primer desafío frente al desierto fue empezar a sembrar plantitas en platos de metal que ya no usábamos, eran viejos pero servían a mi objetivo, recrear el jardín que veía en algunas casas con agua corriente permanente y en algunas calles de la ciudad, y mis primeras plantitas eran verdolagas y manitos de ratón, y así fue como tenía la naturaleza al alcance de mis manos.
Hoy veo con mucha satisfacción el gran esfuerzo de Sergio Arturo Zegarra Pezo, desde su puesto de trabajo en la Municipalidad Provincial de Sullana, hacía falta una persona así, que siembre LA SEMILLA DE LA CONCIENCIA ECOLÓGICA entre los niños y adolescentes, a quienes se les está fortaleciendo lo ya aprendido en sus casas y en las instituciones educativas, con estas campañas lideradas por Zegarra Pezo, Sullana se convertirá poco a poco, en ese paraíso verde que es una realidad a solo metros detrás de la ciudad, cruzando los puentes que nos separan de una orilla a otra del Chira.
Sergio no está solo, con él un valioso equipo de jóvenes, docentes y adultos, están apostando por Sullana, si todos los funcionarios de los municipios tuvieran una verdadera entrega por las funciones que se les encomienda, y todos los regidores trabajaran plenamente por el pueblo que les confió el ejercicio del poder desde las municipalidades, otro gallo nos cantara. Qué bueno que cada alumno padrino del árbol se considere un soldado tallán, que ama a su tierra y que tiene fe en el futuro de su pueblo luchando desde el presente.
Hoy no puedo dejar de recordar a la Sra. Juana de Miranda, quien sembró de algarrobos, varias cuadras de la calle Grau, entre la avenida Marcelino Champagnat y la transversal Tumbes, y por años los mandaba a regar diariamente con un jardinero contratado por ellos y con agua de su domicilio, muchos de esos algarrobos, casi todos permanecen hasta hoy en el lugar desde el que los vimos crecer en los años 60. Hace falta de muchas Juana de Miranda para que el verde que domine la ciudad sea una realidad; por eso felicitamos a Sergio Arturo Zegarra Pezo, por esta multiplicación, no de peces y panes que está promoviendo, sino por esta multiplicación de propósitos, para que conviviendo con la naturaleza, pongamos las bases para un mejor futuro para los sullaneros.
Miguel Arturo Seminario Ojeda/Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán.