ERP/Miguel Arturo Seminario Ojeda. Cuando en el 2000 falleció Juan Vicente Requejo, el periodista sullanero con cargos nacionales e internacionales, el historiador Juan José Vega me dijo “Cuidado, las balas están pasando cerca”, lanzó esa expresión, porque varios amigos de él fallecieron en esos días. La muerte de Requejo le afectó mucho, eran amigos desde hacía tiempo, incluso, había sido testigo de su matrimonio, juntos compartimos algunas ceremonias académicas, sobre todo del universo Tallán, institución que fundamos en 1999. Vega falleció unos años después, tuvimos una larga amistad, conversábamos siempre, le tenía un gran cariño a lo piurano, y publicó varios artículos y libros sobre Piura.
Tras la muerte de Requejo, caí en la cuenta de que una generación de sullaneros nacidos en nuestra ciudad o residentes la mayor parte de su vida en ella empezaba a morir, poco a poco se fueron al cielo Amalia Carnero Checa, Carlos Negrini Noblecilla, José Carlos Carrasco Távara, Carlos Arellano Agurto, Reynaldo Moya Espinoza, Rodolfo Cruz Merino, Miguel Cruz Merino, Guillermo Riofrío Morales, Juan Paulini Sánchez, Hernán Valverde Ávila, por citar algunos amigos cercanos que ya descansan en la paz del Señor.
Recién esta semana ha fallecido la profesora Luz Gálvez de Agurto, distinguida docente del colegio 1038, uno de los emblemáticos de la ciudad de Sullana, hoy I. E. Amauta, donde estudiaron la primaria todas mis hermanas y Silvia Velasco Farías, así como la recientemente fallecida profesora Angélica Talledo Guerra, y la empresaria Luz Angélica Columbus Palomino, entre otras tantas alumnas, que seguro han recordado a su maestra, nacida en jurisdicción de la provincia de Sullana, específicamente mi hermana Nora fue alumna de la Sra. Luz, y seguro la habrá recordado más que todas ellas.
Todo esto me hace reflexionar sobre los sullaneros de todos los tiempos, que han nacido en este espacio provincial del valle y del desierto, en el que algunos lo abonaron más que otros, por eso se quedaron para siempre en la memoria colectiva. Los que trabajamos con la Historia, rescatamos algunos nombres, y otros tantos se han perdido, pues no permitamos que otros se pierdan, porque nuestros contemporáneos a veces se olvidan, o por apetitos y odios disolventes no quieren registrar a los que dejan huellas visibles. Hay muchos sullaneros cuyos nombres forman una larga lista para escribirla en este breve artículo, pero que merecen que se les recuerde siempre, por su identificación con su comunidad.
Todavía no hay en Sullana una evidencia visible que les diga a las nuevas generaciones de sullaneros y neosullaneros, quien fue Juan Vicente Requejo Rodríguez, y qué hizo José Carlos Carrasco Távara, así como se vive ahora, se tiende a olvidar hasta el presente, el bronce está esperando por ellos, Juan Vicente Requejo se destacó en el periodismo a nivel nacional e internacional; José Carlos Carrasco Távara en la política, la Universidad de Sullana es hechura de él y debe llevar su nombre, así como la Corte Superior de Justicia de Sullana, por citar algunas de sus últimas obras, como fue también su preocupación por la celebración del centenario provincial. Si bien una generación se va tras otra, y a veces la muerte no respeta edades para llevarse a los más jóvenes, por eso, les toca, principalmente, a los representantes de las instituciones más visibles de una localidad, en este caso, Sullana, desarrollar un conjunto de estrategias, para evitar que nombres como los mencionados perezcan en el olvido.
Recuerdo que en el colegio Carlos Augusto Salaverry había un busto de Carmen Cardoza de Morales, la sullanera preocupada por la educación, que luchó porque Sullana tenga un colegio industrial, quien se acuerda de ello, adonde fue a parar el busto, porque no se colocó delante del colegio si consideraron conveniente removerlo de su lugar original, los antiguos salaverrinos recordamos ese nombre, pero los que vinieron después que retiraron el busto, ignoran quien fue esta dama, a quien don Carlos Arellano Agurto, sullanero desaparecido y que ha dejado huellas, la recordaba siempre en sus afanes por la educación para Sullana.
Tampoco se ha recogido en el broce la figura de Fernando, Bel Hougthon, el recordado Pompi, empresario e ilustre alcalde que en dos periodos de administración municipal realizó una obra que lo mantiene vivo en el recuerdo de muchos sullaneros, pero cuando desaparezcamos todos los de este tiempo, ¡como sabrán los nuevos sullaneros sobre sus figuras destacadas! que acaso correrán el riesgo de desaparecer como los nombres que hemos olvidado de los siglos XVIII, XIX y de comienzos del XX.
La nueva avenida José de Lama podría convertirse en un espacio donde se coloquen los bustos de sullaneros trascendentes, es un paseo público por donde transita mucha gente, así como puede ocurrir en el Parque de la Cultura, donde esperan otros bustos que sinteticen la gratitud de los sullaneros, para con los hombres y mujeres que trabajaron para que esta tierra se presente con mejores posibilidades, y mayores oportunidades para la actual y las nuevas generaciones que nazcan o se afinquen en el Valle del Chira.
Miguel Arturo Seminario Ojeda/Presidente Honorario de la Asociación Cultural Tallán.