23
Sáb, Nov

A un año de la guerra contra Ucrania, el análisis de un brutal despojo

Miguel Godos Curay
Typography
  • Smaller Small Medium Big Bigger
  • Default Helvetica Segoe Georgia Times

ERP. A un año de la guerra con Ucrania se han destruido 240 centros culturales, patrimonio saqueado sin contemplación por los rusos. Odessa, la ciudad portuaria a orillas del mar Negro, una reliquia de la arquitectura decimonónica, fue sometida a la destrucción brutal con misiles rusos. La Unesco la ha declarado patrimonio cultural de la humanidad en peligro. Ucrania con más de un centenar de museos de arte, historia, folklore, ciencia y cultura se han quedado sin el suministro energético lo que afecta la conservación de valiosos bienes culturales seculares. El saqueo de las tropas rusas sólo es comparable la de los nazis. Muchas piezas de este botín de guerra van al mercado negro que trafica obras de arte.

Por: Miguel Godos Curay
Periodista y docente universitario

Este patrimonio es el cimiento de la identidad social y cultural de Ucrania que Putin se ha empecinado en destruir. El saqueo perpetrado dejó en carne viva la reedición de crímenes de lesa humanidad cometidos por los nazis. Las puertas de los museos y repositorios fueron violentadas. Las tropas como en los tiempos de la barbarie arrasan con lo que presumen podrán vender a coleccionistas inescrupulosos o cambiar por alcohol en esta secuela de la guerra.

La reconstrucción Ucrania demandaría 350 mil millones de dólares según las estimaciones de la Comisión Europea y el Banco Mundial. Casi la totalidad de los activos congelados a los oligarcas rusos cuyas maniobras para eludir el control son considerados delitos se destinarán a Ucrania. El colmo del despojo tiene sabor a necrofilia. Soldados rusos de élite se llevaron los restos de Gregorio Potemkin (1739-1791) príncipe y valido de Catalina la Grande quien en el siglo XVIII fue un símbolo y propulsor de la expansión del imperio ruso. Uno de los objetivos políticos de Catalina II era el expandir el imperio hacia el sur y hacia el oeste, agregando los territorios de Crimea, Bielorrusia y Lituania. Gracias a acuerdos con Prusia y Austria dividieron Polonia entre 1772 y 1795, extendiendo las fronteras de Rusia hasta el centro de Europa.

Potemkin el estratega militar, estadista y noble ruso mantuvo una alianza sexual y política con Catalina II fue, en buena cuenta, el gestor del imperio ruso. "A pesar de que Catalina era 10 años mayor que él, fueron amantes durante largo tiempo, amigos hasta la muerte y probablemente esposos en secreto", escribe el escritor colombiano Daniel Samper Pizano en su libro "Camas y Famas". Catalina de Rusia fue grande en la cama con muchos amantes, en especial el fascinante tuerto Gregorio Potemkin al que lloró lúbrica y acongojada sin consuelo.

Valido, se denominaba al miembro de la aristocracia que contaba con la plena confianza de la soberana. El secreto amante de Catalina la Grande es hoy un símbolo del expansionismo imperial ruso del afiebrado Putin. Dicen que recibió los restos de Potemkin, a quien admira, y se sintió perversamente conmovido cuando las tropas rusas incursionaron en la catedral de Santa Catalina de Jerson de Ucrania y se llevaron en una bolsa el cráneo y los huesos del santo príncipe Potemkin. Putin le dio un beso al cráneo y dispuso que sea enterrado en un espectáculo imperial televisivo global.

Potemkin es para Putin el símbolo de su guerra. Y lo menciona cada vez que invoca al surgimiento del nuevo imperio ruso. Potemkin murió en 1791 durante las negociaciones del tratado que puso fin a la guerra con el Imperio Otomano. Como bien señala la prensa internacional el nuevo botín de guerra de Rusia son los huesos de Gregorio Potemkin, amante de Catalina la Grande y resorte de su expansión imperial.

Museos y teatros, en Ucrania, pese a la tragedia se mantienen en actividad gracias al esfuerzo patriótico de artistas despojados de escenarios y de sus instrumentos musicales. Las estatuas símbolo del orgullo del pueblo son convertidas en polvo o arrancadas de cuajo y convertidas en trofeos de guerra. Bienes culturales invalorables son siniestramente lanzados al mercado negro de obras de arte. Los planes imperialistas de Putin no tienen límites. A un año de la guerra no conocemos con certeza el número de soldados muertos en ambos frentes. El general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE. UU estima que son cerca de 100 mil soldados rusos y 100 mil ucranianos y alrededor de 40 mil civiles en el escenario del conflicto.

La ONU con estadísticas certificadas sostiene que son 7 mil 110 los muertos, 11 mil 547 los heridos y mutilados. Un éxodo no registrado en la historia es el desplazamiento de 18 millones 136 mil 866 personas obligadas a abandonar el territorio ucraniano, estadísticamente el 44.2% de la población de Ucrania estimada en 41 millones de habitantes en el 2021. Alrededor de 16 mil niños huérfanos han sido destinados a adopciones obligadas en Rusia. No se descarta la manipulación psicológica en favor de la invasión. Se han denunciado 65 mil los crímenes de guerra registrados en Ucrania. Una historia documentada de la criminal destrucción de hospitales, instalaciones sanitarias, ambulancias, escuelas, universidades, 75 mil edificios de residencia e iglesias no tiene límites.

Una consecuencia inmediata de la conflagración es el alza de los precios del trigo, cereal que junto con el arroz y el maíz son imprescindibles para la seguridad alimentaria. Ucrania y Rusia son grandes productores de trigo del que depende la seguridad alimentaria de África. Las importaciones africanas de Rusia (2020) eran del orden de los 4 mil millones de dólares. Las de Ucrania son 2,9 millones de dólares según los registros de Acción Mundial contra el Hambre. Los precios de la harina de trigo se han incrementado por encima del 50% los “disturbios de hambre” tienen un rostro patético en la economía mundial.

El Presidente Biden desde Varsovia, la capital de Polonia, afirmó que “Ucrania nunca será una victoria para Rusia”. Voldimir Zelenski, el Presidente de Ucrania, se mantiene en firme y en pie con el apoyo de la OTAN, Estados Unidos, Alemania, Polonia, el Reino Unido, Canadá, Noruega y Francia entre otros países que han hecho efectivo su apoyo en este desigual combate entre David y el gigante Goliat. China, ha negado sistemáticamente vaya a enviar armas a Putin. Vladímir Putin anunció, hace algunas horas, la suspensión del tratado nuclear Nuevo START firmado por Rusia y Estados Unidos. Su Santidad Francisco dijo ayer al final de la audiencia general del 22 de febrero de 2023 celebrada en el Aula Pablo VI: "Pasado mañana, 24 de febrero, se cumple un año de la invasión a Ucrania. Un año del inicio de esta guerra absurda y cruel. El balance de muertos, heridos, refugiados, desplazados, destrucciones, daños económicos, y sociales hablan por sí solos". Un triste aniversario". “¿Podrá el Señor perdonar tantos crímenes y tanta violencia?"

Diario El Regional de Piura

 

Publicidad Aral1

Paypal1