ERP/N.Peñaherrera.Franco, franco (¡tú no, Franco!), no entiendo. Si no se tiene, y de ti no depende que exista, ¿cómo lo obtienes?
Si te parece una chimoltrufiada, yo pienso igual.
Como sabes, ahora mismo estamos pasando por un periodo de carencia de agua, una suerte de crisis a la que no quieren llamar crisis.
Por lo pronto, la campaña de arroz ya se suspendió para San Lorenzo. Hasta ayer, su reservorio tenía 31 millones de metros cúbicos almacenados, 30 millones por debajo de la cota que las autoridades propusieron para tener una campaña decente.
Normalmente las crisis son manejables si es que no son ineludibles. En el mejor de los casos, pueden ser previsibles. Y eso depende de la visión de las personas que tienen a su cargo advertirnos su inminencia
¡Ajáá, te agarré con tanto adjetivo! ¡Diccionario se llama el librito! Sigamos.
En otras palabras, el reconocer que estamos ante una crisis hídrica, automáticamente nos llevará a preguntar quién fue la persona que no avisó a tiempo para pedirle cuentas... y con lo escasos que están los empleos donde nadie te controla...
Pero ésa es solo una arista. La otra la representan algunos dirigentes agrarios.
Entiendo que la carencia de agua pueda generar actitudes desesperadas, pero todo líder, toda lideresa, jamás debe perder de vista que lo mejor es tranquilizarse antes de tomar decisiones y abrir la boca.
Regresemos a un modelo matemático simple: si tengo diez, y necesito cien, y de mí no depende que lo incremente, ¿qué hago?
Las opciones lógicas son no tocarlo y ahorrarlo, o racionarlo pero dejando un margen mínimo para contingencias.
Mas, ¿qué han propuesto algunos dirigentes agrarios ante la falta de agua?
En Ignacio escudero, uno salió a decir que es necesario que se dote de líquido para sembrar arroz. ¿Será una nueva variedad de arroz que se riega por goteo?
Un dirigente bananero salió a decir que harán marcha para pedir más agua. ¿Tomarán a las nubes como rehenes y amenazarán con exprimirlas si acaso no llueve?
Encima, la escuela de agronomía de la UNP es tan locuaz y hábil para dar soluciones técnicas, que las ideas para ver qué hacemos las hemos tenido que buscar cruzando la frontera departamental, en Lambayeque, donde –al menos- algunos profesionales son capaces de escribir un texto coherente para ser publicado.
Esta falta de información oportuna, científicamente útil, y de amplia difusión está generando otra crisis, una crisis social que puede tener efecto bumerán en ciertos políticos que buscan reelección. Salvo que salgan a prometer agua, o que hablarán con Diosito si se les da el voto.
Por cierto, ¿por qué meten al Creador en jaranas políticas, cuando quienes hemos derrochado el recurso somos los y las habitantes de este valle de lágrimas?
Encima, la autosuficiencia de funcionarios especializados en emergencias solo está consiguiendo incrementar el nivel de desesperación cuando lo que se necesita es datos para tomar decisiones al minuto.
El banano no va a esperar hasta que el informe diga si se declara o no la emergencia, que, para muchos agricultores, es lo mismo que nada pues sienten que solo sirve para que la burocracia se enriquezca y a ellos, ni las chorreras.
Entonces, en situaciones adversas como éstas, lo mejor es agarrar serenidad, desacelerarnos, no decir la primera cosa que se nos venga a la cabeza, escuchar -¡insisto!- a la comunidad científica sin carnet partidario, y tomar los pasos lógicos que beneficien a toda la población regional. Y estamos hablando de más de 1,7 millones de almas, por si no se han dado cuenta.
¿Tengo o no tengo razón?
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)