ERP/N.Peñaherrera. Conforme pasan los días y el agua parece aclararse , van apareciendo presuntos sospechosos de todas las trifulcas post-electorales a lo largo de la región, y todo parece apuntar a un movimiento que obtuvo una alcaldía provincial, pero que en el resto de Piura quedó en terceros o menores lugares, incluso la regional.
Por lo menos, escuchando y leyendo entre líneas, con cuidado y desapasionadamente, todos los reportes generados por todas las partes (incluyendo estos presuntos sospechosos) en Ayabaca e Ignacio Escudero, salta como denominador común.
Ahora bien, insisto, ¿a cuenta de qué?
Durante estas semanas, me he tomado el trabajo de analizar las declaraciones de todas las partes que protestan y la diversidad es impresionante.
Entre los manifestantes hay dos corrientes bien claras: quienes van contra la corrupción (y quienes aparentemente dicen haberse quejado antes) y quienes no quieren la reelección.
Detrás están quienes quieren nuevos procesos, a quienes les cae gordo el alcalde, y hasta quienes exigen la salida de Burga. Verídico.
Lo curioso es que, a pesar de estar en el mismo bando, entre sí mismos parecen no comprenderse, y mas bien tienden a contradecirse.
Cuando en una protesta tienes diversidad de discursos, lo primero que se viene a tu cabeza fría es que alguien azuzó a levantarse sin más por el simple gusto de joderle la pita a alguien. Sorry por la expresión, pero, ¿realmente había una intención 'democrática' detrás de tanto agitamiento de las aguas?
Yo he sido testigo de protestas ciudadanas donde el discurso era uniforme, y, curiosamente, cada uno de los actos tendía a ser no solo pacífico sino hasta vistoso y entretenido sanamente, con lo que la cantidad de simpatizantes se incrementaba.
Pero, cuando tienes polarizaciones dentro de las polarizaciones, sospecha. Y cuando éstas degeneran en violencia, recontrasospecha.
Sobre este punto, también me parece sintomático un detalle: la protesta tiende a ser más violenta cuanto menor uso inteligente de las redes sociales existe.
Digo, localidades donde Peluchín es tendencia, son las que han reportado las manifestaciones más violentas. No digo que Peluchín tenga algo que ver, por si acaso, pero me parece que, para un análisis científico, es un indicador válido (aunque parezca increíble).
Y, ojo, yo no veo ni sigo a Peluchín.
Como dije arriba, el agua parece aclararse; ahora esperemos que se haga una investigación oficial más profunda y se llegue al fondo de tanta violencia, porque pensar en que fue espontánea es lo mismo que creer en la existencia de Caperucita... claro, dependiendo de qué versión hayas visto.
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