ERP/N.Peñaherrera. El otro día leía a un autor que puso algo en inglés que, traducido, dice: "La gente rica tiene pequeños televisores y grandes bibliotecas; la gente pobre tiene grandes televisores y pequeñas bibliotecas".
Aunque, desde mi experiencia, tal pensamiento se comprueba, como te lo he contado por acá varias veces, en la realidad que circunda a nuestras ciudades, no nos quedemos con el sentido literal. Intentemos ir más allá.
Definamos primero el adjetivo "rico, rica". La primera asociación que nos viene es "abundante, lleno o llena de recursos"; pero ¿qué recursos?
Por oposición, el adjetivo "pobre" podemos asociarlo con "carente de recursos"; pero, igual, ¿qué recursos?
Fíjate que el propio adagio nos da dos pistas: "televisor" y "biblioteca".
La mayoría de la gente usa el televisor para entretenerse, alguna gente para informarse, muy poca para aprender (lo que implica otro análisis que ahora no viene al caso, o quizás sí).
Y usualmente, la mayoría de la gente emplea la biblioteca para buscar conocimiento y aprender, alguna para entretenerse. Bueno, y también están quienes la tienen como un lindo rincón decorativo que jamás se usa dentro de la casa. Pero, por donde la miremos, una biblioteca siempre será una fuente de conocimiento. Sigamos.
Si nos vamos por esta interpretación, lo que el autor quiere decir es que la gente rica prefiere el conocimiento al entretenimiento, en tanto que la gente pobre es completamente al revés. Pero no se trata de una riqueza y una pobreza basada, de primera mano, en la cantidad de dinero que se puede ostentar, sino en la cantidad de conocimiento que se haya aprendido.
Ojo que dije "aprendido", no "memorizado". Lo aprendido se queda para la vida, lo memorizado se olvida después del bimestral o el final.
En la medida en que aprendemos algo, podemos después aprovecharlo en nuestra vida. Por lo tanto, mientras aprendamos más, mejor podremos valernos cada día, de forma autónoma y eficiente (en consecuencia).
Y como más se aprende lo que más nos gusta, no hace falta tener mayores fuentes de distracción. De hecho, muchas personas hemos llegado a entretenernos aprendiendo.
Como dije alguna vez, una persona llena de dinero pero pobre en conocimientos no es sostenible. Una persona carente de dinero pero llena de conocimientos es candidata potencial a marcar una diferencia que cambie la Historia. Claro está, si recibe la orientación correcta.
Piensa bien si acaso te estás llenando de grandes televisores en vez de grandes bibliotecas. Puede que ahora no lo percibas, pero ¿acaso no te estás convirtiendo en una persona insostenible? Que tu conciencia te responda.
Si caes en la cuenta de que, en vez de gastar tiempo y dinero en entender el control remoto, debes gastarlo en sacarle provecho a un libro (impreso o virtual), es probable que vayas por el camino correcto y duro hacia la riqueza... incluso la de dinero.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)