ERP/N.Peñaherrera. Un amigo de uno de mis amigos que terminó haciéndose mi amigo en Facebook es Cristian.
Tiene 28 años, vive en el departamento de Lambayeque, y aunque no lo conozco personalmente, hemos hablado un par de veces por teléfono y varias otras por el chat.
Aunque si lee esto se va a chupar, una cosa que le admiro es la pulcritud con que redacta los estados de su cuenta. Todos son comentarios de su mayor pasión: el fútbol (el Barcelona FC, de ser posible).
Incluso juega futsal, y –como yo- es fanático de mantenerse en forma.
Cristian no es periodista, ni estudia periodismo, ni le atrae la idea de escribir para medios. De hecho, estudia ingeniería informática en una universidad del área metro de Chiclayo.
Hace poco, publicó algo que me sacó de cuadro por un instante, pero que tiene muchísimo sentido. Puso algo así como ¿Sabes cuánto es 5 x 5? No. ¿Sabes qué pasó con Guti y Melissa? Sí, le puso los cuernos.
A juzgar por los comentarios como que se la anduvo pensando hasta que lo publicó (por cierto, me he dado cuenta que los informáticos tienen un agudo y ácido sentido analítico de la realidad, lo que me encanta), y en ese irónico comentario se refleja cómo andamos conectados y conectadas con nuestra actualidad.
Tenemos una alta especialización –deberían darnos un doctorado- en lo trivial, lo vano, lo inútil, lo que no nos salvará la vida.
Somos ignorantes en lo que nos hace crecer... aparte de la comida.
Y así, convertimos en cuestión de estado, temas tan superficiales que solo le atañen a dos o tres personas; y que de pronto, son una necesidad pública nacional.
Pero cuando se trata de lo trascendental y que afecta sustancialmente nuestra vida, preferimos hacernos de lado y obviarlo.
Las vidas privadas de un par de inútiles que se ganan el pan haciendo nada (o quizás mostrando carne en la tele, que tampoco es complicado) nos generan apasionamientos irracionales en lugar de qué pasará si nos quedamos sin gabinete, o si lo de la AFP Hábitat es una presunta estafa velada hacia quienes giran recibos por honorarios, o si nuestras autoridades están implicadas en el narcotráfico y la trata de personas, o si el gasto público está dentro de los cauces reales y legales... o, por último, si somos miembros de mesa (igual, ya se pasó el plazo para las tachas).
Si hay personas que quieren mostrar su intimidad en los medios, genial, es su rollo y allá con las consecuencias que les acarreen; y si lo consumimos, a buena hora. No es delito.
Sin embargo, que eso no nos distraiga de lo realmente esencial y fundamental, de lo que podría salvar o perjudicar nuestras vidas directamente.
Dudo que Melissa y Guti vengan a darnos de comer cuando se nos acabe la despensa; pero, quizás saber 5 x 5 podría marcarnos la diferencia.
Cristian, ya pues, no te chupes.
(sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)