Por: Nelson Peñaherrera Castillo
Hace una semana ocurrió un hecho aparentemente trivial para quienes estamos pendientes de los eventos de la Naturaleza. El Instituto Geofísico del Perú (IGP) lanzó una alerta por sismo. El epicentro fue ubicado en Huancabamba.
De inmediato, todos los medios tenían sus radares enfocados en la sierra de Piura con la finalidad de recibir novedades; pero nada parecía suceder.
La gente del valle reportaba no haber sentido nada.
¿Se había equivocado el IGP?
En realidad, no. Sí hubo un sismo en Huancabamba; pero no en Huancabamba, Piura, sino en Huancabamba, Pasco.
Resulta que en la selva central del Perú hay un río con un nombre similar. Y aún más: un paraje en el departamento de Apurímac tiene el mismo nombre. De hecho, Antauro Humala se levantó en esta localidad, y todo el mundo pensó que se trataba de Piura, sin resultados.
Digamos que la responsabilidad por tal confusión vino del propio IGP. Y todo por no acostumbrarnos a usar geolocalizadores.
Una geolocalización no es otra cosa que la expresión verbal que nos indica una localidad y el territorio al que pertenece, con la finalidad de saber dónde se encuentra. Por ejemplo: "Tondopa, Ayabaca" o "Casma, Áncash".
Los geolocalizadores también nos evitan unas confusiones como la de Huancabamba. Hace poco ERP publicó una historia sobre una capacitación a jóvenes de Salitral, Morropón, y al indicarlo, nos evitó cualquier peregrina confusión con su homónima en la provincia de Sullana.
De paso que los geolocalizadores generan cierto sentido de la identidad. Identidad con el terruño, quiero decir.
Por supuesto que el uso de geolocalizadores implica que sepamos un mínimo de geografía con tal de no patinar de lo lindo al darle información a la gente. de lo contrario, el remedio será peor que el mal.
Para el caso de Huancabamba, ¿qué hubiera pasado si el sismo era de cuidado? Se habría perdido valioso tiempo ubicando el sitio de la ocurrencia, y miles de vidas pudieron haber dependido por la pereza de no escribir "Huancabamba, Pasco".
Así que, gente del IGP, tomen nota (no todo el mundo sabe leer el juego de coordenadas).
Igual con el resto de organizaciones, de cuyos reportes depende el público. La geolocalización es la voz. Aprendamos y acostumbrémonos a usarla.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)
