ERP/N.Peñaherrera. El sábado pasado, como tú, me desperté con la historia de que habían robado la mariposa de unas tres toneladas del molino de viento adyacente a la Casona de Sojo, en Miguel Checa.
Para comenzar, me sigue dando vueltas en la cabeza cómo pudo hacerse un robo a vista y paciencia de todo el mundo, teniendo la Carretera Sullana-Paita y la Comisaría cerca.
En un pueblo donde la radio-bemba es efectiva, es imposible concebir que se permitiera tal delito (el molino está encima de una huaca) con las consiguientes detenciones.
En todo lo que vamos diciendo, hay mucho que investigar y procesar a quienes resulten responsables.
Por otro lado, me da mucha tristeza saber cómo poco a poco se va desmantelando uno de los mejores monumentos históricos que tenemos en Piura.
La Casona de Sojo, por su peculiar arquitectura y las extravagancias de los materiales que se usaron en ella (como el mármol de las escaleras internas), era uno de los lugares perfectos para dejar en los turistas la típica "O" en la boca por la pura sorpresa.
Una de las cosas que más me impresionó, cuando la visité hace ocho años, fue el increíble paisaje del Bajo Chira inyectado en verde con un cielo parcialmente despejado, que podía apreciarse desde su terraza posterior.
Me dio mucha tristeza saber que la mezquindad o el resentimiento hicieron posible que las autoridades no pudieran restaurarla, con tal de recuperar un poco de nuestro pasado no tan lejano: Allí vivió la familia del sujeto que le dio nombre al distrito justo al oeste de Sullana.
Me da tristeza, asimismo, que muy poca gente en nuestra comunidad sepa de qué estamos hablando.
Pero, como la tristeza no puede paralizarnos y no debe paralizarnos, creo que es necesario integrarnos a una cruzada para rescatar este monumento.
En ese sentido, para no duplicar, sería bueno secundar a la Asociación Cultural Tallán que, me consta, hace muchos años está luchando por recuperar y transmitir la identidad sullanera (comenzando por nuestro gentilicio).
Además, fue la que denunció el robo en Sojo.
Aunque suene repetitivo, aparte de tomar conciencia, tomemos acción y no dejemos que nuestro legado –rico legado- histórico desaparezca por causa de nuestras propias manos, nuestro egoísmo o nuestra avaricia.
Llegará el día en que la generación que nos suceda nos pida cuentas por la historia que dejamos perder. Y tal solicitud de cuentas, no nos dejará con ningún hueso sano.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)