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Lun, Dic

¡Mozo, su carne está medio cruda!

Nelson Peñaherrera
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nelson penaherrera castilloERP/N.Peñaherrera. Burger King, una de las tantas cadenas de comida rápida (Fast-food), publicó hace poco un anuncio lanzando la Pride Burger (Hamburguesa del Orgullo).

El clip de minuto y medio logró millones de visitas en YouTube.

Con esta nueva preparación, buscan atraer al segmento de gays, lesbianas, travestis, transgéneros, bisexuales, intersexuales... y demás categorías por crear en el colectivo que busca equidad aunque cada día encuentren una nueva subclasificación.

El lanzamiento de la hamburguesa viene con el anuncio de una política de trato no discriminatorio en todos los Burger King... pero la oferta está solo disponible en los estados Unidos.

Tal medida no ha sido recibida con mucho júbilo por el colectivo aludido, pues si bien podría tratárseles mejor como clientes y clientas, parece que tal paraíso inclusivo no aplica a empleados y empleadas.

De hecho, una organización estadounidense que busca defender y promover los derechos de homosexuales y bisexuales en el sector laboral, encontró que no todos los beneficios que se dan a heterosexuales sin mayor cuestionamiento, también se dan a sus otros pares.

Para ser concreto, la organización puso a Burger King una calificación que, traducida a nuestra escala vigesimal, sería un nada honroso 10,25. o sea ni 11 por redondeo. Jalado (me refiero a la calificación).

Pero, dicen activistas, no todo está pésimo. Por lo menos en la tierra de las barras y las estrellas –y tiroteos, y crímenes de odio- existen organizaciones que trabajan por una inclusión efectiva y hasta califican el logro de la misma como positivo.

En el resto de países, especialmente los latinoamericanos, si revelas tu identidad de género (= rol de conducta sexual en el que me defino o me siento más cómodo), pierdes el trabajo, pierdes amistades y hasta pierdes beneficios. Y en el peor de los casos, pierdes a tu familia o hasta la vida.

En Piura, han pasado todos esos escenarios. Que no se cuenten o que no se quieran contar, ya es otro asunto.

Algo así como quien se asombra de que los casos de violencia intrafamiliar o violación sexual han aumentado, cuando en realidad siempre estuvieron allí solo que ahora se denuncian más.

Si la discriminación es un delito, es obvio que apelar a la identidad de género para condicionar el puesto de trabajo o de estudios,el ingreso a un centro dirigido al público, al acceso a servicios, en fin, a todo lo que empleamos para vivir en sociedad, también es delito.

Incluso utilizar tarimas y estrados para despotricar so pretexto de actualizar autos de fe; o no hacer explícito este asunto en el Plan Nacional de Derechos Humanos 2014-2016.

Por eso, a los y las activistas estadounidenses, lo de Burger King les ha sonado más a estrategia de marketing que a política amigable con los gays, lesbianas... y demás.

¿O no será una venganza velada: llenarles el cuerpo de colesterol, ya que desde que se inventó el metrosexualismo, como que hay menos heterosexuales comiendo grasas trans?

O a lo mejor sí buscan la inclusión.

Como quiera, ¿cuántas empresas y servicios en todo Piura tienen políticas amigables con identidades de género diferentes a la heterosexual?

¿Se condiciona el acceso a empleo y a la atención por este criterio?

¿Se mezcla con otros tipos de discriminación?

Aquí tenemos otro jugoso tema de investigación donde presumo que muchos empresaurios y muchas empresaurias no llegarán ni siquiera a 10, incluso siendo parte del colectivo.

¡Provecho con el sanguchito! Quiero decir, la hamburguesa.

(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)

 

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