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Mar, Abr

Guaidó versus Maduro: algo no está funcionando bien en la estrategia

Nelson Peñaherrera
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Por: Nelson Peñaherrera Castillo. La crisis en Venezuela empeora cada día. Mientras el dictador Nicolás Maduro se rehúsa a dejar el poder y convocar nuevas elecciones, porque se le acusa de haber fraguado los resultados de las que lo tienen de nuevo en el cargo designado por el finado Hugo Chávez, además de crear una entidad paralela a la Asamblea Nacional -el equivalente venezolano al Congreso-, la comunidad internacional entre el centro y la derecha ha promovido la presidencia interina de Juan Guaidó.

La asunción de este político se da en el marco de la Constitución aprobada por Chávez en 1999, y que ahora Maduro intenta revertir mediante otra constituyente. Bueno, ya sabemos que en terrenos de izquierda, cuando algo les apesta, tiran la Constitución vigente a la basura y terminan haciendo una nueva a medida y perpetuidad, modelo que están promoviendo en Perú, sin éxito aún. Sigamos.

guaido

La presidencia paralela de Maduro y de Guaidó ha creado incluso un esquema diplomático paralelo, al punto que en varios países como el nuestro tenemos dos embajadores. Y aunque el gobierno y los medios están reconociendo al de Guaidó (el señor Carlos Scull en el caso peruano), la pregunta del millón de bolívares soberanos es a cuál se debe acudir para hacer cualquier tipo de trámite, como los apostillados o certificaciones de documentos.

La figura es ésta en la práctica: si vas al embajador de Maduro y Maduro es finalmente defenestrado, tu trámite se queda en el limbo; si vas al de Guaidó y Guaidó es defenestrado, tu trámite no vale. Y ese es el efecto colateral de la crisis en Venezuela, el hecho de que si bien dentro de esa nación la pobreza, la ausencia de servicios y mercancías, el bloqueo de la ayuda humanitaria (pésimo gesto de Maduro) y la inseguridad están diezmando a la población, afuera, en la diáspora, hay un raro sentimiento mezclado de esperanza y escepticismo pero que no consigue resolverles la vida diaria.

Conversé con varios venezolanos en Piura y en otras partes del Perú para conocer su punto de vista sobre la asunción de Guaidó, y las opiniones son realmente mixtas. Hay quienes ven la idea como un rayito de luz en el camino a la recuperación de la democracia, pero tambiénestán quienes creen que la agenda de Guaidóes allanar el camino para que, si se depone a Maduro, uno solo de los partidos de la llamada Mesa de la Unidad Democráttica (MUD) destaque por encima de los otros.

A mí en lo personal, me da la impresión que Guaidó es un tipo de buen verbo pero con ideas aún endebles y verdades algo no tan definidas. Si no miren esta entrevista que dio a la gran periodista colombiana Patricia Janiot, ahora parte de la cadena hispano-estadounidense Univisión.

https://www.youtube.com/watch?v=RiI28_cQPno2

Todos los venezolanos con quienes hablé coinciden en que por más empoderado que esté Guaidó, mientras Nicolás Maduro siga en el Palacio de Miraflores, su sede de gobierno, el que cuarenta naciones de todo el mundo hayan decidido hacerle "chu" al régimen chavista será relativamente inútil, quedándose a nivel de un show propagandístico.

Aunque más que Maduro, lo que en realidad se tendría que cambiar es la cúpula militar que lo respalda y que se está banqueteando a Venezuela de lo lindo, porque gracias a la Constitución aprobada por Chávez en 1999, los uniformados lo controlan absolutamente todo y se dan una vida que mínimo debería incluírlos en la lista de millonarios emergentes de la revista Forbes. Sí, el cuento ése de que en el socialismo, toditos y toditas son iguales ante la ley es más fantasioso que afirmación de Pinocho.

Y aunque algunos venezolanos en Perú me confesaron que son partidarios de una intervención militar que deponga a Maduro, de nada servirá que saquen del mapa a una persona cuando la razón de la crisis es toda una estructura protegida por la ley venezolana. Desde el punto de vista estratégico, una invasión al estilo Granada, Panamá o Irak, no funcionará; será otro Somalia, es decir un fiasco completo.

Y éso nos regresa al punto de fondo. Mientras los organismos multilaterales globales o de la región (léase la OEA) pueden estar ideando mil y una ideas para recuperar la democracia en Venezuela, el pueblo venezolano dentro y fuera de esa nación será el que termine sufriendo las consecuencias.

Por último, como me lo dijo un migrante en Piura, con más dolor que esperanza, esté o no esté Guaidó, su prioridad es generar dinero para mantenerse y mantener a su familia. así que lo urgente le será conseguir un empleo. Lo demás, llueva, truene o suene el joropo, pasa a tercer plano.

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