Por Nelson Peñaherrera Castillo. Como lo dije al grabar el primer clip de la entrevista, la primera entrevista larga que hago para YouTube, es difícil categorizar a César Leigh Barreto. De entrada es comunicador social, pero no es lo único: líder comunitario, empresario, bombero voluntario, deportista, músico, cantante... Como dijo mi productor cuando regresábamos a Sullana, "César es hiperactivo", y creo que éso lo define mejor y es su mayor fortaleza.
Lo que puedo decir es que el detrás de cámaras fue largo. Nos pasamos casi todo el día entre conversación, entre que me mostraba sus proyectos en curso y por venir, entre que salían miles de ideas, y creo que éso es lo que le da valor para su gente y para nuestra comunidad. En resumen: disfruté mucho la jornada.
Pero, lo que me parece debería ponernos a reflexionar es qué me dijo; así que hagamos algo ustedes y yo: miremos primero cada clip (no son largotes), suban algo el volumen que el sonido anda medio bajito, y reflexionemos en las expresiones de César. Vamos con la primera parte:
https://www.youtube.com/watch?v=W6r4RChfKCw
Acabo de leer aquí en El Regional de Piura que la Municipalidad Provincial de Sullana ha prohibido los bailes callejeros y ha dispuesto revisar las licencias de funcionamiento a locales de diversión por presuntas irregularidades cuando fueron expedidas. La medida me parece excelente puesto que muchos de los espacios residenciales son éso: residenciales, lugares ddestinados para que la gente viva, se entretenga entre sus cuatro paredes o descanse plácidamente.
El caso es que nos hemos convertido en una sociedad en la que nuestro dios es el ruido; nos da pánico tener momentos de silencio, y muchos empresarios se aprovechan de éso para darnos la droga en forma de diz'que espectáculo cultural o baile social. Y la gente piensa que el ruido la cura. ¿La cura realmente?
Miro a mis vecinos alrededor y analizo la forma cómo se comunican: no hablan, gritan, chillan, llegan a los guturales, han involucionado a los estadíos humanos previos a la articulación y la fonación inteligible. Resultado: cada quien hace su regla; y como cada quien hace su regla, piensa que puede ir contra el resto porque no conoce de límites, ignora las normas, no respeta los espacios.
Por éso, cuando alguien viola sus derechos de forma evidente, o los vulnera -como lo sintió el vecindario de César-, no llega a interiorizarlo. Total, si para él o ella es la forma de vivir, ¿por qué no podría serlo para el resto? Y éso sustenta que al final de la jornada haya tantas constituciones, códigos civiles, penales, tributarios y hasta ambientales como habitantes existan en un vecindario: relativismo social en todo su esplendor, que es lo mismo a hacer justicia con tu propia mano.
Reproduzcamos el segundo clip:
https://www.youtube.com/watch?v=yaQ4mhpl8mw
En el fondo -bueno, ni tan en el fondo-, somos comunidades violentas, grupos de personas con cierto nivel de identidad o de lazos que se asocia para vivir en permanente conflicto y resolverlo demostrando la mayor cantidad de agresión que sea posible. ¿Y por qué? Porque nos hemos creído ésa de que vivir con orden es vivir cual robotitos, y no es verdad.
Vivir con orden, para comenzar, es vivir respetándonos individualmente y luego respetando al resto como quisiera que me respetaran a mí, claro una vez que establezca mi estilo de autorrespeto. Por cierto, gente que se golpea el pecho a la hora del "por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa", ¿quién fue que dijo éso? No lo de la culpa, que es otro lío, sino lo de respetar como queremos que nos respeten.
La construcción de comunidades saludables no es responsabilidad de una autoridad en particular, ni de una persona iluminada en especial; es un proceso colectivo que parte de reconocernos como iguales en dignidad, con particularidades que nos hacen como somos uno por uno y una por una, pero con la capacidad de mover el proceso de forma más o menos organizada en una dirección para conseguir un objetivo que nos provea bienestar.
Ojo que no se trata, como ciertos colectivos piensan, de reprimir las conductas que no me gustan sino de establecer parámetros fundamentales que permitan el crecimiento de todos y todas a la vez y de cada uno y de cada una en particular: el bien común, al que César se refiere.
Pero hasta ahí todo es abstracto todavía. ¿Podemos tener un ejemplo palpable que demuestre la posibilidad de ese modelo? Reproduzcamos el tercer y último clip:
Interesantes las dos maneras que César propone para vivir la ciudadanía con enfoque de orden en dos dimensiones: la personal y la colectiva.
Desde mi propia experiencia doy fe que practicar actividad física es realmente beneficioso para la salud. Quienes me conocen saben que me ejercito al menos media hora al día y éso explica por qué muchas veces ando de buen ánimo. Bueno, la mayor parte de veces, porque también suelo cruzarme. Y a éso le agrego algo de meditación para también ejercitar la mente, es decir, sentirme en tiempo presente y multiconectado con cada esfera de mi vida. Sí, suena a filosofía oriental y no se equivocan; pero de éso se trata esta parte de la estrategia, de buscar la forma en que yo mismo encuentre y aplique las maneras más saludables de abordar mi propio ser y trate de cultivarlo mediante una práctica regular. Ojo, regular significca constante, no mediocre.
En cuanto al voluntariado, me parece que no solo es saludable sino que es una forma terapéutica de entender que nadie está por encima de nadie, que nuestra función es servir al resto y no servirnos del resto, y que las relaciones humanas se construyen sobre empatía y humildad. Si andas en un voluntariado con fines autopromocionales, arrogantes, y humillantes, mejor enciérrate en casa. Sí, hasta en los esquemas buenos siempre hay la opción de vicios.
Entregar un poco de lo que somos y tenemos al resto a cambio de nada es la base, además, para entender que esos vínculos más fuertes que vamos formando en la vida no se alimentan con dependencia y obsesión sino con libertad y sentido común. Si hubiera este cambio de actitud, por ejemplo, nos traeríamos al suelo los crímenes de odio y de género, con los feminicidios al tope de la lista. Concluyamos.
Las tres lecciones que podemos extraer de estos 28 minutos de grabación son que:
1. La organización es importante para conseguir metas; y asumir los resultados, independientemente de su naturaleza, de la forma tan organizada como se comenzó.
2. El orden en la vida no fue pensado para que seamos personas agradables en público y monstruos en lo privado, sino para que cada forma de transcurrir sea natural, respetuosa y constructiva.
3. Tenemos que buscar formas saludables de llenar el propio ser y de proyectar ese nivel de crecimiento al resto, lo que, al ser incondicional, termina revirtiendo en nuestro enriquecimiento.
Chévere, ¿no? Mira las cosas que podemos sacar de una entrevista, y espero que la próxima persona con la que grabe una próxima me permita descubrir más cosas aún.
Gracias a quienes se involucraron en esta producción, y a ti que te has tomado el tiempo no ssolo para reproducir cada clip sino para preguntarte: ¿y ésto qué me significa a mí?
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