ERP/N.Peñaherrera. No sé cuán saludable es que una campaña política comience viendo la paja en el ojo ajeno, a pesar de que huela a plagio.
Hasta donde sé, vamos a elegir presidente regional, no jefe de campaña; aunque sí es cierto que no tener una pizca de originalidad es un defecto que se pena con el despido y cambio de todo el gabinete de mercadeo político... a menos que haya que pagar favores...
Las propuestas de todas, absolutamente todas las candidaturas, son más cortas que estrategia creativa de ratón de kindergarten.
Todas, absolutamente todas, no pasan de meterle cemento a una región que se está desertificando, y de impulsar la riqueza en una región donde sabemos de economía familiar del mismo modo que sabemos elaborar combustible para transbordadores espaciales.
Lo poco que se ha dicho apenas cubre el interés de unas cuantas contratistas pero no las necesidades de la población, o simplemente no están respondiendo a éstas.
Para ponerlo en perspectiva, se estima que en todo Piura vivimos 1,8 millones de personas –ya debemos saberlo al derecho y al revés-, de quienes un millón ya votamos, según la estadística publicada el jueves pasado.
Y aunque siete por cada diez nos hacinamos en las ciudades y el resto de la costa, que ocupa la porción occidental del territorio, la comida viene de la otra mitad, que es la de menor densidad poblacional y la que no tiene todas sus necesidades básicas completamente satisfechas.
Aunque la administración Atkins se ha alegrado con unos resultados deplorables en comprensión lectora y matemática, lo que no se nos dijo es que si los tradujéramos a escala vigesimal, jalamos.
En el primer indicador tenemos 06 y en matemática tenemos 04 con las justas. Recordemos que debajo de 10 no pasamos el año.
Con estos resultados impresentables, seguiremos condenados a importar profesionales de otras partes porque los nuestros no saben ni escribir una oración simple. O sea, alucínales redactando una tesis.
Tenemos niveles alarmantes de anemia y desnutrición en la niñez. ¿Ya encuentras un patrón con el tema educativo?
Entonces, el cemento no es la respuesta básica al problema. Me parece que las personas comemos comida, no cemento. Es decir, primero las semillas, luego las varillas.
Eso se llama saber dar prioridades, y, en ese sentido, todas las candidaturas han demostrado ser incompetentes.
Siguiendo con la salud, estamos mal de la cabeza: somos una sociedad violenta, desmotivada, propensa al alcohol y a las drogas. Más que cemento, lo que necesitamos es un cambio de actitudes: construir cultura de paz.
Primero hay que rehacer los lazos afectivos a todo nivel. El cemento vendrá después.
En una región con potencial genético y productivo para tener grandes deportistas y artistas, es inadmisible que las cerveceras ganen fortunas a costa de la depresión crónica y las psicopatías de la población.
Asimismo, es inconcebible que el supuesto crecimiento económico esté disparando la discriminación social, la trata de personas y la delincuencia desde la adolescencia.
Es inconsistente que seamos una de las regiones que más crece pero donde el empleo en el sector productivo sea precario, con sueldos que no corresponden a la calificación de los y las profesionales, y donde no se dé el mismo trato a las asociaciones de productores orgánicos que el que se da a las corporaciones agroindustriales.
Por lo mismo, no puede ser que una región con fuerte potencial agrícola no se alimente bien y a bajo costo.
Entonces, educación y salud a todos los niveles son las prioridades de Piura. El cemento vendrá después, si es necesario.
(Sigue al autor en Twitter como @nelsonsullana)