ERP/Nelson Peñaherrera Castillo. 2016 sigue siendo un año crítico para Salud en cuanto a las muertes maternas: ya hemos perdido a 23 mujeres, de las que 9 corresponden a la sub-región (todavía existe) Luciano Castillo; entre éstas últimas, 4 aporta la provincia de Talara, como lo hemos informado acá esta semana y 2 son del distrito de Sapillica, mientras que las 3 que me restan se reparten entre el resto de Sullana, Paita y Ayabaca.
Claro que llorar sobre la leche derramada es un despropósito debido a que nunca más podremos recuperar esas vidas; sin embargo, sí siento que hay nuevos aires en torno al problema que están soplando más frescos, menos violentos, pero aún alguito fuera de control.
Comencemos por destacar que las autoridades regionales, subregionales y locales de Salud están hablando abiertamente de las estadísticas en vez de mantenerlas como documento interno por una simple razón: si bien las pacientes se murieron en sus establecimientos, no son su propiedad. Estamos hablando de mujeres que podían haber aportado demasiado a nuestras comunidades; por lo tanto, el destino de sus vidas es información pública sujeta a las restricciones de ley.
Además, toda muerte materna revela que no está funcionando la interdisciplinariedad en Salud y es, de hecho, un acto de violencia contra la mujer, incluso si ella se lo provoca.
Como verás, manejar las cifras abiertamente no ha producido ninguna hecatombe, pero eso no excluye que se profundicen las investigaciones porque quienes siguen pasando piola son los médicos y en especial los médicos ginecólogos. Por eso, alrededor de 60 obstetras protestaron frente al Gobierno Regional de Piura el miércoles, ya que si pasa algo o no pasa nada, a ellos y ellas se les está echando la culpa.
Luego que se les censurara una protesta por esta causa en Sullana, me parece pertinente que en Piura no solo hayan dicho ‘no nos echen todo el pato’, sino que han recibido cobertura de los medios. ¿Positivo? Sí.
Otra buena noticia es que la Dirección Regional de Salud está haciendo algo que debió hacer desde cuando la crisis comenzaba a tener cara de crisis: incrementar sus estrategias de información para involucrar a la comunidad en la prevención de riesgos durante el embarazo, parto o puerperio. Ahora tienen un espacio de 15 minutos en Radio Cutivalú (que fue la que comenzó a darles de alma sobre muertes maternas desde enero). ¿Positivo? Recontrapositivo.
Claro que un indicador directo de éxito será bajarse de golpe la velocidad con que se nos muere una madre, que en El Regional de Piura y FACTORTIERRA.NET hemos calculado en una por semana, basándonos en las propias estadísticas oficiales.
Creo que el desafío será incorporar un indicador indirecto de éxito, y se refiere a la cantidad de gente sensibilizada sobre el tema, y que no son madres, ni menos mujeres. Sí, nosotros los varones, de hecho. La razón es que las madres gestantes no viven aisladas en nuestras comunidades, sino que son parte de nuestras vidas. Entonces, en la medida en que Salud y comunidad manejemos el mismo idioma, y el mismo nivel de exigencia recíproca, ¿no podríamos reducir los indicadores?
Una observación nada más: verifiquen cómo está llegando la señal Amde la radio ya que su público objetivo está en medio rural también, y de otro lado cerciórense si las afiliadas de la radio se encadenan a la hora de su espacio, o si no, será dinero invertido a medias y requerirán contratar una emisora por distrito, lo que excede su presupuesto. O sea, ¿hicieron investigación de mercados?
Sobre este aspecto, permítanme una nota personal, que la comentaba en mi cuenta de Facebook: me causa gracia, casi risa, que cuando escribo algo a favor de gays y lesbianas, todo el mundo me quiere lapidar; pero cuando publico algo de muertes maternas, quienes me atacan voltean la cara o silban sin disimulo. Quizás esto confirme el machismo como un factor de riesgo que dispara los decesos desde la orilla extrahospitalaria. Pensemos en el tema y sigamos.
La tercera buena noticia es que en Sapillica la reunión organizada para que Salud, comunidad y autoridades se sienten a ver cómo se unen para reducir las muertes maternas fue un éxito rotundo. Se esperaba 20 participantes y que el alcalde distrital no asistiera; terminaron juntándose como 80 y el burgomaestre tomó la palabra en vivo, en directo y a todo color para decir que se comprometía a ser parte de la solución. ¿Positivo? Requeteultrarchipositivo, y que debe ser tomado como modelo para intervenir en Talara, por ejemplo, y que debe quedar como protocolo para evitar disparadas en el resto de la región.
Claro que sería redondamente positivo si Salud reconociera al cerebro detrás de la estrategia de Sapillica, pero el hecho de sentar en un plato, o en una mesa, a tirios, troyanos, dacios y jonios es un señor avance.
¿Cuál es la clave de todas estas buenas noticias? Visión preventiva, actitud transparente, habilidad informativa, teniendo al involucramiento comunitario como eje transversal (o al revés también). Listo. Ahí está la receta. No hay que inventar la pólvora otra vez.
Esto merece felicitar a Salud, pues lo cortés no quita lo valiente. Eso sí, cuando hagan sus talleres-monólogo, pasen la voz para hacer la mañana contradiciéndolos. ¿Qué dicen?
Me parece que el siguiente reto es tomar conciencia de los 1100 embarazos adolescentes en todo el departamento de Piura bajo la misma premisa: no podemos regresar el tiempo para reducir los existentes, pero sí podemos aplicar ese trinomio prevención-transparencia-información para evitar nuevos casos, no en términos de cielo e infierno, sino de conocimientos y actitudes. Así se hace la diferencia.
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