ERP/Nelson Peñaherrera Castillo. A inicios de esta semana, el Ministerio del Interior demandó a la Policía Nacional del Perú que, en esencia, tenga personal subalterno en muy buena condición física.
¿es éste un tema de interés nacional? Sí, dentro del contexto de la lucha contra la inseguridad ciudadana.
Aunque la conservación de un estilo de vida saludable debería ser una tendencia general más por salud que por moda, sin duda hay profesiones y ocupaciones en las que es un requisito altamente crítico.
Si tenemos que reconocer una gran ventaja comparativa a nuestro gremio malandrín es su adecuada condición física. Choro que se respeta no solo es astuto; es un atleta.
Por simple teoría de la guerra, si mi enemigo ya posee una fortaleza clave, lo ideal es que yo la supere para que mi victoria sea más eficiente. Revisemos qué hay del lado de las fuerzas del orden… ¿en serio quieren que lo haga? OK. Que conste.
Es una percepción generalizada que nuestro cuerpo policial acabadito de salir de sus centros de instrucción se va a los extremos: o es muy delgado, o está muy subido de peso (o está obeso) a pesar de su juventud.
Claro que la contextura no necesariamente revela el desempeño de una persona ante una determinada exigencia física, pero, ¿hay garantía de que haya una correcta reacción al momento de combatir al crimen?
No creo que sea un tema de salario, sino de actitud, que a su vez es un tema de autoestima.
Sí, sonó fuerte, mas, si yo me quiero y me respeto, y aprecio mi fuente de trabajo, y sé que mi fuente de trabajo exige ciertos requisitos que implican mantener una condición física saludable, pues haré lo que esté a mi alcance para guardar la línea. Y no hablo solo de línea física, sino –insisto- de actitud.
eso incluye mi salud mental que impacta en mi salud física: esparcimiento adecuado, evitar el consumo excesivo de alcohol o tabaco, detectar a tiempo trastornos de personalidad, manejo de la ira y la frustración.
A final de cuentas, todo eso suma a la hora de combatir el crimen, y debería traducirse en efectividad, pues se trata de superar al enemigo. Si la buena forma no disuade, entonces la forma de actuar (según la ley) persuade.
Y para que no se piense que me la agarré con la Policía, lo mismo aplica a otros cuerpos como el Serenazgo, las Fuerzas Armadas, y yendo a otros espacios, los Bomberos. De hecho, en otros países, éstos últimos han visto al buen estado físico como una forma de obtener ingresos extra para una adecuada atención de las emergencias; verbigracia: calendarios (Bilbao, Miami, Nueva York, etc.)
Ésta debe ser también de alta observancia para todo el personal de salud, desde el super cirujano hasta el más amable técnico. No hay peor incoherencia que un médico con obesidad tipo 1 te venga a sermonear sobre alimentación balanceada y actividad física constante.
Ojalá algún aludido no le pida a el Regional que borre el comentario por afectar su imagen. Sigamos.
Felicito a quienes sí siguen estos consejos o ya se metieron al gimnasio; mas bien, combatan a los esteroides y los instructores que los trafican.
Y yendo más allá, ¿por qué no pedirle a nuestras autoridades que tengan una condición física adecuada? Si no, ¿cómo van a soportar todo el trajín de su ocupación? ¿O piensan que calentando asiento, la cosa marcha sola?
Por último, para que no piensen que me olvidé de la casa: todos y todas quienes trabajamos en medios de comunicación debemos tener una excelente condición física, no solo para vernos lindos y lindas en cámara, sino porque conseguir la noticia demanda esfuerzo, acción, correr, saltar, trepar… en fin.
Ah, también los y las docentes de todos los niveles por las mismas exactas razones que los gremios precedentes.
Al final, caeremos en la cuenta que esto de la buena condición física debe ser una política de estado, si es que todavía no lo es.
Dicho todo esto, ¿alguien quiere entrenar conmigo?
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