Principalmente niños, niñas y adolescentes
Piura. Un total de 32 jóvenes alemanes brindan servicio de voluntariado en Perú, ayudando a miles de familias de zonas vulnerables, principalmente niños y jóvenes, en temas relacionados con educación, medioambiente, derechos y en diversos proyectos, que permitan mejorar sus condiciones de vida. Otros grupos de jóvenes de Alemania también se encuentran en países vecinos, donde realizan actividades similares, en estrecha coordinación con ONGs y organizaciones que trabajan este tipo de proyectos.
En los últimos días, se realizó en Piura el Primer Encuentro de Intercambio de las Organizaciones Cooperantes Perú – Ecuador, organizado por la Casa del Mundo Bielefeld de Alemania, y que en Piura tuvo como anfitrión al Centro de Apoyo a los Niños/as y Adolescentes Trabajadores (CANAT), que dirige Gabriela Rentería. Participaron las instituciones que trabajan con voluntarios y voluntarias de Alemania dentro del programa del gobierno alemán Welwarts Hacia el Mundo.
“Tenemos voluntarios en Asia. África y Latinoamérica. En el Perú, cada año tenemos 32 voluntarios alemanes, que son jóvenes entre 18 y 28 años de edad. Ellos trabajan en diferentes proyectos. En Canat, por ejemplo, realizan actividades recreativas reforzamiento escolar, enseñanza de inglés, etc.. Pero también trabajan proyectos ecológicos en comunidades campesinas, en temas de comercio justo, educación ambiental, crean juegos pedagógicos para sensibilizar a los niños y niñas en la defensa de la naturaleza”, indicó Norma Driever, coordinadora del Programa Hacia el Mundo en Perú.
La mayoría de voluntarios trabajan en zonas vulnerables, donde no hay presencia del Estado, “por ejemplo en zonas marginales, donde están olvidados. Se trabaja también con discapacitados, porque son personas que también tienen derecho a expresarse, tienen derecho a emociones, a sentir, porque son seres humanos”, puntualizó.
Pero además de los voluntarios alemanes, que forman parte del programa Norte – Sur, también está el programa Sur – Norte, “que nació a iniciativa de los voluntarios alemanes que regresaron de hacer su voluntario. Con este otro programa (Sur – Norte) los jóvenes de países latinoamericanos van como voluntarios a Alemania. Es un proyecto de 3 años”, sostuvo Norma Driever.
Voluntarios que dan amor
Linus Valentin Minthe y Anna Shmieder, son 2 voluntarios alemanes que se encuentran en Perú desde hace 5 meses, brindando sus servicios en Canat. Ambos coinciden en señalar que los niños y niñas necesitan “muchísimo amor y dedicación”. Lo que les sorprende es ver desigualdad, la pobreza extrema junto a la violencia familiar, que está presente en zonas más vulnerables.
“Tenemos que transmitir valores, normas, cariño, y es necesario trabajar con sus familias porque hay mucha violencia. Este trabajo se realiza mediante juegos, baile, deporte, ayudamos en los deberes escolares y diversas acciones”, indicó Linus.
Por su parte, Anna, dice sentirse impresionada de ver tanta pobreza en zonas marginales, pero pone todo su empeño en ayudar a niños, niñas y adolescentes, “que parecen estar alegres, como si no tuvieran problemas fuertes. Eso también me sorprende y me anima a seguir trabajando con ellos”.
En Guaranda, provincia de Bolivar – Ecuador, una de las voluntarias es Alina Neujahr, que trabaja con un grupo de mujeres. “Ellas hacen artesanía, también atienden una panadería, una procesadora de plantas con infusiones de plantas medicinales. Me gusta mucho ese trabajo, aprendo y comparto. Veo como están avanzando y eso me alegra muchísimo”.
El común de los voluntarios y las voluntarias, es que han tenido que dejar sus familias, sus culturas, y aprender el idioma español, adaptarse a nuevas culturas y costumbres, pero sobre todo ver desigualdades sociales y pobreza extrema.
De Cusco a Alemania
A los 7 años salió de una zona rural del Cusco. Se inició como trabajadora del hogar, y sufrió el maltrato y la humillación. A los pocos años, conoció el Centro Yanapanakusu, donde aprendió a conocer sus derechos, estudió una especialidad técnica, y ahora, Ada Luz Cárdenas Pfocco, es una de las jóvenes peruanas que viajará a Alemania para realizar su voluntariado.
“Sufrí el maltrato, pero cuando llegué al Centro Yanapanakusu, aprendí a defenderme, a valorarme, estudié, es un cambio total. También estoy aprendiendo alemán y pronto viajaré a Alemania como voluntaria. Así como yo, muchas adolescentes o jóvenes trabajadoras del hogar pueden salir adelante, tienen que saber defenderse y conocer sus derechos”, indicó Ada Luz Cárdenas.
¿Qué es la Casa del Mundo?
La Casa del Mundo Bielefeld nace bajo el nombre de la Casa del Tercer Mundo en 1980 a partir de un grupo de gente que comparte un piso, y que son miembros del comité de acción Africa y de una serie de grupos que desde los años 70 se comprometen en las políticas de desarrollo. Para ello pertenecen Mujeres por Africa, Círculo de Trabajo Iglesia Solidaria, la Comunidad Universitaria y el Círculo de Trabajo de Latinoamérica.