ERP. Vivimos una pandemia terrible con consecuencias trágicas, por un lado se encuentran familias confinadas en sus propias viviendas para evitar el contagio, personas que enferman por el Covid-19 y otras que mueren por este mismo virus; sin embargo, muchos se aprovechan de este dolor para lucrar, hacia ellos se dirigió monseñor José Antonio Eguren, cuestionando dicho proceder.
“(…) pero porque deseamos obtener favores, beneficios y ventajas, vamos en contra de los mandamientos del Señor y terminamos siendo egoístas, injustos, corruptos, vendiendo nuestra alma al primer postor por dinero, por poder o placer efímero. Cuántos hay, por ejemplo, en estos días, que lamentablemente se aprovechan del sufrimiento y de la necesidad de los demás encareciendo excesivamente los precios de los equipos médicos como los cilindros de oxígeno o el de las medicinas, o no le pagan lo justo a sus trabajadores, o hacen compras para la emergencia con cotizaciones sobrevaloradas” indicó en la homilía.
El Arzobispo Metropolitano de Piura destacó también que: "El máximo grado de amor al prójimo consiste en dar la vida por el bien del otro. Esto es lo están haciendo en estos días, los médicos, las enfermeras, los policías, los miembros de nuestras Fuerzas Armadas y los sacerdotes, entre muchos más, porque, “Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15, 13)".
100 años del nacimiento de San Juan Pablo II
“Este lunes 18 de mayo celebraremos 100 años del nacimiento de San Juan Pablo II. Implorémosle a este Santo Pastor para que interceda por nosotros. Él nos conoce porque visitó Piura el 04 de febrero de 1985. De él tengo muchos hermosos recuerdos desde la época en que era un joven sacerdote, pero hay uno que me impresionó de manera especial y que quisiera hoy compartir con todos ustedes. Fue en la celebración de Pentecostés en Roma el año 1998. La Providencia quiso que estuviera sentado muy cerca de este gran y santo Pontífice durante la Santa Misa” recordó monseñor Eguren.
Para luego evocar el “Ven Espíritu Santa, ven, ven” que repitió el Papa Juan Pablo II en aquel momento y mirando a todos los presentes y al mundo católico. Justamente y recordando a piuranos y tumbesinos dejó la oración para todos aquellos que se sientan recofortados en estos momentos críticos de la pandemia.
¡Ven Espíritu Santo, ven, ven!
Llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu, que renueve la faz de la Tierra.
De esta Tierra hoy marcada por el dolor, el sufrimiento y la muerte. Que tu Espíritu lo renueve todo;
que dé consuelo a los afligidos, salud a los enfermos,
vida eterna a los fallecidos,
y a todos la esperanza en un futuro de vida.
¡Ven Espíritu Santo, ven, ven!